Por David Venn
Cuando el Comité de la Era del Juego de Hoy eligió el domingo a Lee Smith, junto a Harold Baines, al Salón de la Fama, un hecho curioso se hizo realidad: Smith, cerrador de lujo en Grandes Ligas desde principios de los años 80 hasta mediados de la década de los 90, entrará a Cooperstown en julio próximo junto al panameño Mariano Rivera, el mejor taponero de todos los tiempos.
Sabremos eso a ciencia cierta el 22 de enero, cuando se espera que Rivera sea elegido de manera abrumadora por la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA).
En una llamada por conferencia el domingo, Smith tuvo palabras de elogio para el istmeño.
«Lo que hizo Mariano fue increíble, y un con un solo pitcheo», expresó Smith, refiriéndose a la famosa recta cortada de Rivera. «Todo el mundo sabía lo que venía, pero de cualquier manera los bateadores no podían darle».
Smith, tercero en la lista de todos los tiempos de salvamentos con 478 detrás de Rivera y Trevor Hoffman, empezó su carrera como relevista lanzando múltiples innings de manera frecuente para lograr sus rescates. Pero ya con el especialista de una sola entrada poniéndose de moda para finales de los 80, Smith hizo eso mismo también y después de 1986 se concentró mayormente en sacar los últimos tres outs de un partido. Encabezó su liga en juegos salvados tres veces en la década de los 90 (de un total de cuatro en su carrera) y terminó segundo en las votaciones para el Premio Cy Young de la Nacional en 1991.
«En aquellos tiempos no te traían con las bases limpias sin outs», dijo Smith, quien bromeaba que su manager en los Cachorros a mediados de los 80, Jim Frey, era propenso a ponerlo en situaciones complicadas. «Le gustaba tener esa carrera de la ventaja en la segunda base a la hora de llamarme».
De hecho, el ex relevista afirma que le tomó unos tres, cuatro años acostumbrarse a una labor disminuida cuando ya fue convertido en lanzador de una sola entrada.
«Parecía que con ese inning único, yo no hacía tanta cosa».
Los 16 miembros del comité que lo eligió el domingo de manera unánime-gente que jugó con él, en su contra o que estuvo activa como manager o ejecutivo durante su carrera-le dieron un apoyo que jamás recibió de parte de la BBWAA.
Smith, más que cualquier otro relevista de su época en particular, representó esa transición de cerrador de múltiples entradas a taponero de un solo episodio. Sacar tres outs fue la manera en que Rivera y Hoffman crearon sus enormes historiales en Grandes Ligas, ambos con más de 600 salvamentos. Smith no llegó a esos números, por supuesto, ni a las alturas de Rivera en otros renglones importantes a nivel individual y colectivo.
«Nosotros lanzábamos en juegos que estaban empatados y hasta cuando estábamos perdiendo por una carrera», recordó Smith. «Ahora mismo, generalmente los cerradores no lanzan en partidos empatados o cuando el equipo está perdiendo».
De 61 años ahora, Smith se retiró en 1997 como líder de todos los tiempos en salvados, superado más adelante por Hoffman y Rivera. Sus siete convocaciones al Juego de Estrellas, tres premios al Relevista del Año de su liga y longevidad en sentido general hicieron que su candidatura tuviera el impacto necesario para convencer a votar por él a figuras como Tony La Russa, el boricua Roberto Alomar, Ozzie Smith, Joe Torre y los demás integrantes del comité.
Ahora, Smith, uno de los pioneros del salvamento de un solo inning pero también con pedigrí de haberlo hecho con más entradas, llegará a Cooperstown junto al maestro de tres outs, Rivera.
«Va a ser algo grande», dijo Smith.
Fuente: www.mlb.com