Por Darien Medina
Han pasado más de 10 años desde que el villaclareño Léster Benavides abandonó el país de forma ilegal, desde entonces ha perdido abrazos y besos de su familia, de ver nacer y crecer a su hijo Léster y darle el último adiós a su abuela.
Debutó en la pelota cubana en la temporada 2005-2006 con Villa Clara equipo con el que jugó durante tres temporadas dejando un promedio ofensivo de 277, 13 cuadrangulares y 57 carreras empujadas con una participación en 147 desafíos.
Tras la salida de Víctor Mesa al mando del equipo naranja la situación de Léster cambió completamente, llegan los motivos para abandonar el país. ¨El último año antes de irme de Cuba estuve muy bien en la preselección del equipo Villa Clara y tomaron la decisión de dejarme en la reserva, después en la Liga de Desarrollo iba líder de jonrones y bateo y no me subían y tomé la decisión de abandonar el país¨.
La continuidad de Víctor al frente de Villa Clara hubiese cambiado completamente el destino de Léster Benavides, sobre el polémico director solo tiene palabras de agradecimientos. ¨Le doy muchas gracias primero a papá Dios y después a Víctor Mesa, siempre tenía confianza en mí a la hora buena cuando había situación de bateo siempre confió en mi bate y le agradezco, con el aprendí mucho en esos tres años, para mí son inolvidables. De haber seguido como director a lo mejor nunca hubiera salido de Cuba, porque con el rendimiento que tuve en los entrenamientos ese año formaría parte del equipo grande y no del segundo¨.
Fue una salida en silencio, durante casi un año estuvo Benavides en Miami preparándose bajo el mando de Orlando «El Duque» Hernández junto a otros jugadores entre ellos Yunel Escobar.
Luego de obtener la documentación con otros ocho cubanos parte rumbo a República Dominicana, sin una oferta segura se lanzaba a probar suerte. ¨Tuve algunas propuestas, pero los jefes que tenía nunca estaban de acuerdo, de eso me enteré ya después, amigos míos dejaron de jugar, otros fueron hacia México y no les fue bien, yo decidí quedarme aquí y he continuado jugando en diferentes ligas del país ¨.
En varias oportunidades mostró sus cualidades a organizaciones de la MLB otros intereses se impusieron y nunca llegó la firma, hasta el pasado año estuvo recibiendo invitaciones. ¨Este año decidí no seguir más porque me he dado cuenta que con Dios por delante puedo todavía luchar por jugar otras ligas, me siento en buen estado y pienso que todavía hay Léster para rato¨.
En el país caribeño en dos ocasiones participó en la liga invernal, primamente en el 2011 con los Tigres del Licey y en el 2015 con los Gigantes del Cibao, mientras que ha estado alternando su participación en otras ligas del país, la última de ella fue en San Pedro de Macorís donde tuvo un promedio de 325 y pegó 10 cuadrangulares. Toda su carrera la ha desarrollado jugando como tercera base.
Sus próximos planes se ubican en jugar en la Liga Mexicana del Pacífico, no le ha dado seguridad ningún equipo simplemente irá a la búsqueda de una oportunidad.
Ha sido una travesía dura la de Benavides, la distancia entre él y sus seres queridos han marcado cada día de su vida desde que abandonó el país. ¨La gente habla fácil, pero no saben lo duro que es estar lejos de la familia, caminar y tirar para adelante solo¨.
Su mejor recuerdo en la pelota cubana está relacionado con el apoyo de sus familiares, recuerda aquella tarde en el estadio de su municipio de Encrucijada en un juego contra Sancti Spíritus, con la presencia de ellos en las gradas tuvo una jornada perfecta a la ofensiva. No lo olvida.
Benavides necesita regresar, el tiempo se ha alargado y le quedan deudas pendientes. ¨Que me esperen pronto por Cuba con Dios por delante voy a jugar con mi equipo de Villa Clara, y a mi familia que se cuiden mucho que pronto nos vemos, los quiero con todo mi corazón¨.