Por Guillermo Sánchez
Randy Arozarena es uno de los artífices de que Tampa Bay Rays esté donde esté a estas alturas de la temporada. Su línea ofensiva después del compromiso de la jornada de este miércoles 21 de junio es de .292/.407/.907 con 14 vuelacercas, 50 carreras remolcadas y otras 46 anotadas.
En esa jornada el de Pinar del Río se fue con jornada perfecta, pues registró tres indiscutibles en tres turnos oficiales al plato, cada una con un toque particular, además remolcó dos carreras y anotó una más.
En primera instancia conectó un sólido jonrón que narramos acá en Swing Completo: «Randy Arozarena castigó una recta de cuatro costuras a 91.4 MPH del diestro que se quedó un poco alta, la bola fue chocada y mandada a volar por el cielo de Tampa a 104.5 MPH, la misma se depositó en a 402 pies de distancia entre los jardines centrales e izquierdo» (VER VIDEO).
El cuarto turno al bate conectó un batazo remolcador tras combinarse con su compañero y coterráneo, Yandy Díaz: «Al cuarto lanzamiento, un cambio a 84.9 MPH, el de Pinar del Río sacudió una potente línea que partió el diamante en dos partes iguales, batazo que sirvió para traer a su colega al home con lo que fue su segunda carrera remolcada de la tarde» (VER VIDEO).
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Pero asumo a estas alturas del día ya sabes todo esto, te voy a contar una anécdota que es muy posible no te hayan contado antes y que aconteció en la tercera visita de Randy Arozarena al cajón de bateo (en la segunda negoció boleto).
Para la parte baja de la sexta entrada el jardinero de Tampa se enfrentó al pitcher derecho Logan Gillaspie, sin outs y conteo de 0-1, el cubano aprovechó un slider a 85.3 MPH que se quedó fuera y conectó un batazo que se internó en lo más profundo del jardín central en lo que fue el doble número nueve de su campaña.
La parte curiosa es que en medio de la jugada el segunda base, el campocorto y el tercera base se descuidaron un poco, los dos primeros yendo al corte y el otro cubriendo su base, y dejaron la intermedia totalmente sola, Randy Arozarena al ver esto intento tomar la tercera almohadilla pero siempre supo que no le alcanzaría aunque atemorizó y bromeó un poco con su paisano Ramón Urías que se acercó rápidamente para cubrirlo.