Por Gian Franco Gil
Los fuegos artificiales iluminaron temprano el cielo que cubre el «Guaranteed Rate Field», estadio de los Medias Blancas de Chicago. Luis Robert hizo estallar los explosivos con su décimo jonrón de la temporada, un batazo que sirvió para inaugurar el marcador y poner diferencia de dos carreras ante los Tigres de Detroit.
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Robert, que alineó como tercer hombre en la tanda de Chicago y defensor del jardín central, puestos habituales en esta temporada, enfrentó al derecho Tarik Skubal en la parte baja de la primera entrada. Cuando llegó al rectángulo ofensivo, su compañero Tim Anderson corría en la inicial, luego de conectar inatrapable al jardín central.
El abridor del equipo rival envió una recta hacia el plato de 93.8 mph. El antillano, como todo una «Pantera», descifró el picheo y extendió rápidamente sus brazos, exhibiendo un potente swing ante los espectadores presentes en el estadio. La bola después de hacer contacto con el madero alcanzó una velocidad inicial de 111.4 mph y viajó hasta los 449 pies del jardín izquierdo.
Enorme. No se puede utilizar otro adjetivo para describir el vuelacercas de Robert. De esa forma, la conexión se convirtió en el cuarto batazo más largo de su carrera. Asimismo, igualó con el segundo de mayor distancia de su franquicia en este 2022, solo superado por un estacazo de vuelta de su compatriota José Dariel Abreu a 451 pies.
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Por otra parte, los dos remolques conseguidos por el cubano en el inicio del desafío fueron válidos para que llegara a 45 impulsadas en la presente contienda y supera su marca personal en Grandes Ligas (43). Además, se colocó a una carrera anotada de igual mejor cifra de carreras anotadas (42). Ambas estadísticas que era referencias para él las alcanzó en la contienda anterior.