El Campeonato Mundial de Ajedrez en la modalidad Blitz culminó en la jornada del 31 de diciembre, pero hubo un acontecimiento histórico que involucró a los Grandes Maestros Magnus Carlsen e Ian Nepomniachtchi, ya que estos compartieron el primer lugar de la justa, en un hecho sin precedentes en este milenario deporte.
La travesía a través del torneo llevó a estos dos representantes a dirimir la corona absoluta, pues vencieron las diferentes instancias previas a los contrincantes que se les interpusieron en sus caminos. Magnus Carlsen se deshizo del estadounidense Hans Niemann y del polaco Jan Krzysztof Duda, en cuartos de finales y semifinal respectivamente. Nepomniachtchi hizo lo mismo frente al ruso Volodar Murzin y el norteamericano Wesley So. No obstante, nadie imaginó que serían testigos de un acción inédita en esta lid.
Los cruces de la lucha por la medalla de oro dieron inicio con dos victorias de Magnus Carlsen, lo que presagió un fácil desenlace. Sin embargo, su oponente protagonizó una remontada increíble e igualó las acciones a dos puntos. Esta situación obligó a acudir a las partidas de desempate.
Los cotejos en la búsqueda del titular estuvieron repletos de tensión, pero ninguno de los contendientes aventajó al otro y se esfumaron tres partidas con el abrazo como resultado. Ante esta situación, el nórdico hizo una propuesta inusual.
Magnus Carlsen y Nepomniachtchi compartieron la cúspide
El excampeón del mundo en partidas clásicas le comunicó a Ian su intención de no seguir envueltos en una porfía que se podía extender durante horas. Ambos demostraron sus habilidades y ninguno pudo imponerse sobre el otro. Nepo aceptó y el apretón de manos dejó para la posteridad una decisión que se recordará a través de los años.
Obviamente, la propuesta de Magnus Carlsen fue bien vista por Arkady Dvorkovich, presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), quien dio luz verde a la intención de ambos atletas y legalizó que los dos tuvieran la oportunidad de lucir el pergamino de campeón mundial de Blitz.
Atrás pareció quedar la polémica del organismo rector del juego ciencia con el noruego, lo que a fin de cuentas es una negociación que rindió dividendos para ambas partes. Magnus Carlsen, a sabiendas que lo que ocurrió desató opiniones de todo tipo, ofreció declaraciones en la Conferencia de Prensa posterior y expuso su punto de vista.
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“Si hubiéramos continuado uno de los dos habría ganado por agotamiento. Eso hubiera sido muy cruel. Los dos estábamos muy cansados y nerviosos. Como es normal, habrá gente a favor y en contra. ¡Es la forma que es!”, dijo el extraclase trebejista.
Lo cierto es que Nueva York fue la sede de un accionar que plasmó un episodio que no pasó desapercibido para el universo deportivo universal. El ajedrez se colocó momentáneamente en el centro de las miradas y no fue para menos. Magnus Carlsen e Ian Nepomniachtchi dieron vida a un capítulo nunca antes visto en esta disciplina.