Por Alexander García
Cuando todos pensaron que la estrella de José Ariel Contreras se apagaba llegó ese gran año 2005 para revertir la mala suerte, el fatalismo o lo que fuera.
Después de ser canjeado por los Yankees a Chicago, el pinareño se apretó el cinturón y lució a lo grande con el elenco de la ciudad de los vientos.
Quiso el destino o la suerte, o las dos cosas que en ese equipo estuviera también Orlando Hernández, quien para muchos iba en declive pero de igual modo reverdeció laureles esa histórica temporada.
De sobra es conocida la maldición que caía sobre los Medias Blancas de Chicago tras los sucesos de venta de juegos allá a finales de la década del 10 del pasado siglo.
El paso del tiempo fue cimentando poco a poco la idea de que resultaba imposible ganar un anillo de Serie Mundial, incluso contando con equipos increíbles y hombres extraclase como Frank Thomas y Orestes Miñoso, así y todo la afición siempre quedaba a la espera.
¿Los salvadores?
Quizás cierto halo pasional me llevé a plantear esta hipótesis en modo de pregunta… ¿Fueron Orlando Hernández y José Ariel Conteras quienes terminaron la maldición en Chicago?
La interrogante toma dimensión para darnos una idea de la importancia que adquirieron los dos cubanos ese año 2005, Contreras durante toda la temporada incluyendo los PlayOffs donde ganó tres juegos, Serie Divisional contra Boston, Campeonato de la Liga Americana contra los Angelinos y Serie Mundial frente a los Astros de Houston.
Por su parte, Orlando resaltó con su aporte inmenso en postemporada, ¿Cómo olvidar ese relevo de leyenda ante Boston? Bases llenas sin outs y se llevó a todo el mundo, enloqueciendo a Chicago y su fanaticada.
Aquí muchos hablan de que en ese partido, con la actuación del Duque se abrieron las puertas a las Medias Blancas rumbo al ansiado título.
Vale acotar que en aquel elenco había figuras de primer nivel, Paul Konerko, el ya mencionado Frank Thomas, así como el lanzador venezolano Freddy García. Dentro de este grupo de estelares la magia cubana de Contreras y Orlando le impuso un matiz particular al triunfo de Chicago; si los latinos fueron protagonistas, incluyendo al manager Ozzie Guillén, los antillanos dieron la nota positiva al brillar de lo lindo.
Resulta imposible olvidar al final ese discurso de Contreras con la bandera cubana, enseñando su anillo y dedicándole el éxito a su Isla, a su gente, a los fanáticos que seguían su carrera.
Del mismo modo, Orlando Hernández pletórico de gloria, alcanzaba su cuarto cetro de Serie Mundial y ya para entonces se convertía en una leyenda viva.
Epilogo
Quince años atrás la historia nos regalaba un momento legendario cuando los Medias Blancas de Chicago rompían una maldición que amenazaba con volverse centenaria y como siempre, cuando el béisbol es protagonista, Cuba decía presente.
Al día de hoy, en este 2020 aún incierto, los hechos pudieran configurarse y regalarnos en un contexto diferente, situaciones parecidas; pues Yoan Moncada, Yasmani Grandal, Luis Robert Moirán y José Dariel Abreu son parte del buen momento que viven los White Sox.
Estimados lectores, las expectativas son inmensas, quince años después la historia de Orlando Hernández y José Ariel Contreras refrenda su estatus de extraclases y para beneplácito de nosotros, los fanáticos, otra vez los peloteros cubanos pudieran lucir un anillo de Serie Mundial. ¿Se repetirá la historia?
Nos vemos a la vuelta.
