Los aires nuevos siempre son bien recibidos en aquellos jugadores que están en pleno desarrollo de sus carreras. Miguel Vargas vivió ese proceso y ahora se encuentra formando parte de la franquicia de Chicago White Sox.

En apenas tres juegos con el conjunto patiblanco, el antillano buscó la manera de adaptarse lo más rápido posible en lo que es ahora su nueva familia. Para la jornada del viernes 2 de agosto, Vargas tuvo su momento estelar más allá de las fronteras.

El «Target Field», hogar de Minnesota Twins, recibió a Chicago para llevar a cabo el primero de esta serie de tres. Miguel Vargas alineó como número uno en el orden y tercera base, pero su poder lo ajustó en el momento que más se le necesitó.

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Miguel Vargas atesoró turno importante

Para la alta del tercer episodio, Joe Ryan se mantuvo al mando de la lomita por parte de Minnesota Twins, quienes comandaban el score para ese entonces 2×0.

El cubano por su lado, se apersonó al plato con hombre en la inicial y dos outs. La presión estaba presente pero era importante aportar su granito de arena de una u otra forma.

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Con la máxima paciencia le sacó un total de seis pitcheos que plasmó su conteo al máximo en tres bolas y dos strikes. Para el séptimo, con un envío rápido de cuatro costuras a 93.1 MPH, Vargas no dudó y chocó la esférica regresándola a 102.4 MPH.

Esta tomó altura y recorrió una distancia de 396 pies por todo el left/center field, convirtiéndose en su cuarto cuadrangular de la campaña y a su vez, empató las acciones a dos rayitas por bando.

Cabe destacar que este fue el primer vuelacercas del cubano Miguel Vargas vistiendo la camiseta de Chicago White Sox y también su indiscutible número uno en 10 turnos al bate. Con esta conexión sumó 11 carreras impulsadas y llevó su promedio a .222.