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El pelotero cubano Miguel Vargas sigue escribiendo su nombre con fuerza en las páginas de la temporada 2025 de las Grandes Ligas. Este martes 27 de mayo, en el Citi Field, conectó su octavo jonrón del año durante la jornada ante New York Mets, estableciendo así un nuevo tope personal para una sola campaña en MLB.
La conexión de Vargas, una línea sólida hacia el jardín derecho, salió disparado del bate a 105.2 millas por hora y recorrió una distancia de 354 pies, según datos del sistema Statcast. Su jonrón fue con Mike Tauchman en circulación y bastó para para adelantar a Chicago White Sox por marcador de 2×0 en la alta de la primera entrada,lo que refleja el impacto individual del infielder caribeño en la organización.
Con esta acción, el hijo de la leyenda cubana, Lázaro Vargas, llegó a ocho batazos de vuelta entera y 25 carreras remolcadas, ademas de 24 anotadas y un promedio al bate de .243.
Récord para Miguel Vargas en MLB
Este cuadrangular representa un récord personal, sino que confirma el salto cualitativo que Vargas ha dado en 2025, una temporada en la que ha emergido como uno de los bateadores más productivos del club del sur de Chicago. Tras un inicio discreto en abril, donde batalló para alcanzar la consistencia ofensiva, Vargas ha elevado notablemente su rendimiento en mayo.
En sus últimos 13 juegos, el cubano ostenta una línea ofensiva de .265/.318/.439, además de seis jonrones y 14 carreras impulsadas, una muestra del reconocimiento a su aporte sostenido en un equipo que ha tenido más bajos que altos durante la campaña.
El cubano se vuelve importante en Chicago
Más allá de las estadísticas, Vargas se ha consolidado como una presencia estable en el lineup de Will Venable, brindando poder, disciplina en el plato y un enfoque cada vez más maduro. Ha mejorado su tasa de boletos y reducido sus ponches, evidenciando una evolución clara en su aporte como bateador.
Con un récord de 17-37, Chicago White Sox atraviesan un año complicado, pero en medio del panorama sombrío, la figura de Miguel Vargas representa uno de los pocos focos de optimismo. A sus 25 años, y con control contractual por varias temporadas, el cubano se perfila como una pieza central en la reconstrucción de la franquicia.
El jonrón número ocho de la temporada marca una barrera personal superada y reafirma que Vargas no es una promesa: es ya una realidad, y White Sox tienen claro que su desarrollo será clave para el futuro del club.