No se deje engañar, los cubanos de los 70 y 80 hubieran sido estrellas en la MLB

Por JC Alemán. No hay duda que la adulación y sobre todo la ideologización, crearon la idea falsa de invencibilidad en nuestras selecciones nacionales (idea que en la Cuba posterior a 1959 se extrapolaba al ejército, a los médicos, al líder, etc, etc). Pero incluso cuando se habla de béisbol y de las pasiones que […]

Por JC Alemán.
No hay duda que la adulación y sobre todo la ideologización, crearon la idea falsa de invencibilidad en nuestras selecciones nacionales (idea que en la Cuba posterior a 1959 se extrapolaba al ejército, a los médicos, al líder, etc, etc). Pero incluso cuando se habla de béisbol y de las pasiones que desata el pasatiempo nacional, el debate debe ponerse en contexto y encontrar los matices necesarios, especialmente en aquellos que tienen funciones educativas y la posibilidad de escribir y ser leídos por miles de compatriotas.




¿Eran invencibles o superiores a elencos de Grandes Ligas aquellos equipos Cubanos de los años 70, 80 y 90?
Por supuesto que NO.
¿Abundaban entre aquellas selecciones (las de las selectivas y las nacionales) jugadores de un talento extraordinario que hubieran brillado en el Big Show?
Por supuesto que SI.
El promedio de edad de los elencos cubanos en eventos oficiales internacionales amateurs superaba al de los EEUU e/ 4 y 6 años, aunque a finales de los 90 llegó incluso a los 7 años. En el caso de Puerto Rico, Rep. Dominicana o Panamá los promedios de edad eran similares o superiores al de los cubanos (como el de los Panamericanos de San Juan, 1979). Los boricuas tenían un promedio de edad de casi 27 años. En ese mismo torneo Pedro Jose Rodriguez llegaba con 24 años y Luis Giraldo Casanova con 22. Vinent andaba por los 31 años.



En el elenco estadounidense de ese torneo panamericano jugaron Terry Francona, Mike Gallego, Tim Leary, Ronn Reynolds, Brian Snyder, Mike Madden, Paul Zuvella y Craig Lefferts, cuyas edades estaban entre 18 y 22 años. Todos ellos, con mayor o menor éxito, vistieron camisetas de Grandes Ligas, como sucedía con la mayoría de los que eran seleccionados para formar parte del elenco nacional de EEUU en los grandes torneos amateurs.
– ¿Alguien podría dudar que Cheito y Casanova, muy jóvenes tambien, hubieran jugado y probablemente brillado en Grandes Ligas?
– ¿Era Mike Gallego (por solo poner un ejemplo) que jugo 13 años en la Gran Carpa superior a Pedro Jose Rodriguez, Pedro Jova, Alfonso Urquiola o Antonio Pacheco, entre otros jugadores de cuadro?



Casi todos esos grandes peloteros cubanos de los 70, 80 y 90 compitieron con éxito en torneos juveniles (donde la diferencia de edad no era un factor) contra jugadores de EEUU y del mundo entero. A las Grandes Ligas llegaron decenas y decenas de jugadores estadounidenses que se enfrentaron a peloteros cubanos en diferentes torneos anteriores y posteriores a 1979, algunos con edades similares a los norteños y otros incluso más jóvenes que sus rivales estadounidenses, como Omar Linares, Antonio Pacheco y Victor Mesa, entre otros. Muchos de los nuestros en esas décadas también hubieran podido alcanzar las Grandes Ligas y hacerlo con un éxito similar o superior a Kendrys, Yunel, Pito o El Duque (90 victorias en GL y 4 anillos de Serie Mundial, después de debutar con 32 años).
Pero como el «hubiera» no existe, solo podemos basarnos en los hechos concretos de lo que hicieron en el contexto en que les toco jugar. En ese contexto, fueron como dijo Rogelio, muy superiores, pero no solo a sus rivales de aquellos años, sino (y lo que es más triste) a los peloteros cubanos de las actuales y depauperadas Series Nacionales. Si alguien lo duda (aunque no haya lanzado una pelota en su vida ni haya entrenado a nadie), no se enrede los índices de la Sabermetrics, simplemente vaya al internet y vea lanzar a Huelga, Vinent, Rogelio, Aleman, Carrero, Tati Valdez, Lazo, etc y después «disfrute» de Noelvis Estensa, Vladimir Baños, Lázaro Blanco, Yera y compañía.



No se complique mucho, solo observe la colocación de los picheos, el control, el repertorio y claro, si le quedan dudas, pregúntense porque después de Arocha, Osvaldo Fernandez, Arrojo, Liván, El Duque y Contreras, los abridores cubanos en Grandes Ligas han desaparecido casi por completo.
Los planteles amateurs cubanos de esos años no eran invencibles ni superiores a los de las Grandes Ligas (aunque el régimen se empeñara en repetirlo), pero muchos de los peloteros que los conformaron, estaban al más alto nivel, a diferencia de lo que queda del béisbol actual en la isla.
Mi reconocimiento y respeto a Daniel de Malas y a los otros periodistas cubanos que luchan porque el béisbol cubano recupere algún día el esplendor de buena parte del siglo XX. Y por supuesto, honor y respeto a Rogelio Garcia y todos esos estelares que aun sin haber jugado en Grandes Ligas demostraron que por su calidad pertenecían allí, como algunos de sus compatriotas que lo lograron después.



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