Por César Sequera Ramos
La gran imagen, que comúnmente llega tras ver las estadísticas ofensivas comunes, demuestra que Miguel Cabrera tuvo su temporada menos productiva en las Grandes Ligas. Después de todo, su promedio de bateo cerró en .249 con 16 cuadrangulares y 60 carreras remolcadas en 130 juegos, todos esos números lo más bajos desde su año de novato.
Sumado a esos guarismos, los problemas en espalda—crónicos de acuerdo a Brad Ausmus— y edad avanzada, muchos analistas no dudaron en asegurar que el declive de Cabrera había arrancado. No obstante, algunas métricas especializadas demostraron que el aragüeño todavía puede ayudar con su ofensiva e, incluso, tener un mejor rendimiento del conseguido.
Basados en la calidad de los contactos que realizó Cabrera con la pelota, y cómo terminaron éstos, Fangraphs puede inyectar un poco de esperanza en los aficionados de los Tigres de Detroit. De acuerdo a la página, el 42.5% de las conexiones del criollo fueron catalogadas como “fuertes”, una cifra incluso mayor al promedio en su carrera (39.4%) y solo 0.5% debajo de la campaña donde cerró con la primera “Triple Corona” ofensiva de las Mayores desde 1967.
Según @fangraphs, en el «peor año de Miguel Cabrera» y el «inicio del final de su carrera», el 42.5% de sus contactos terminaron siendo «fuertes».
Contactos «fuertes» de otros toleteros
Giancarlo Stanton: 38.9%
Mike Trout: 38.3%
Joey Votto: 36.3%
Nolan Arenado: 36.7%
— César Sequera Ramos (@CesarSequera11) 29 de diciembre de 2017
Asimismo, en 2017 el 27.3% de sus batazos fueron líneas, una cantidad que también superó su media vitalicia (22.4%). No es un dato menor, porque un roletazo puede llevar distinta violencia en su recorrido, y así como un elevado puede trasladarse 400 pies de distancia, también puede terminar en el guante del segunda base. Los batazos que obligan a la esférica viajar en dirección recta, son las menos engañosas para medir la intensidad.
Todas esas cifras generan la siguiente interrogante: ¿Cómo se puede hacer un excelso impacto, pero lograr un mal resultado? El BABIP, que promedia las pelotas puestas en juego, señaló que Cabrera solo consiguió .292 de average, a pesar de chocar con contundencia la bola. Es la primera vez en su carrera que esa métrica termina debajo de las tres centenas; la más baja fue .310 en 2008 cuando sacudió 37 jonrones con 127 impulsadas.
La disciplina del cuatro veces campeón bate y ganador de dos premios al Jugador Más Valioso, puede ser el escollo que originó el bajón en sus números. Cabrera intentó golpear pelotas que estaban fuera de la zona el 32.2%, y eso fue fundamental para que se ponchara más del 20% de sus turnos (20.8%) por primera vez desde 2004, su primera zafra completa en las Grandes Ligas.
Ni siquiera el mejor dato puede confirmar el regreso de Cabrera. Seguramente ese rendimiento que le permitió luchas por premios individuales nunca regresará, sin embargo, todavía hay razones de peso para creer en la producción del venezolano.
Deja una respuesta