En horas de la madrugada del jueves, 12 de septiembre, falleció en Pinar del Río Francisca Izquierdo, la madre de los otroras jugadores del beisbol cubano Omar Linares y Juan Carlos Linares, según informó en su cuenta de Facebook el periodista de Radio Guamá Osbel Benítez Polo.

A decir del profesional de la comunicación pinareño, Francisca Izquierdo tenía «86 años de edad y estaba aquejada de una enfermedad respiratoria pulmonar aguda».

Durante el momento en que se redactó esta nota, la progenitora de Omar Linares y Juan Carlos estaba siendo velada en su natal San Juan y Martínez. Benítez Polo también indicó que el sepelio esta programado para las 2:00 pm en el municipio pinareño.

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Francisa Izquierdo fue la madre de dos excelentes jugadores de beisbol en la provincia de Pinar del Río. Ambos fueron fruto del matrimonio con Fidel Linares, también destacado atleta de la disciplina.

Francisca Izquierdo, responsable en los logros de Omar Linares

Francisca Izquierdo fue responsable de «dar a luz» y educar a uno de los mejores jugadores que ha pasado por la historia del beisbol cubano: Omar Linares. Para muchos el número uno.

Según declaró Fidel Linares en 2015 a Cubadebate, Francisca tuvo una dura tarea con Omar Linares, pues fue un niño inquieto y a ella le tocó seguir su pista. Sin embargo, su trabajo tuvo un éxito apreciable, pues con tan solo 15 años el vualtabajero llegó al equipo Cuba.

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Para tener ese resultado a tan temprana edad, el primer hijo del matrimonio de Fidel y Francisca, además de talento, debía tener disciplina para superarse, sobre todo en el entrenamiento. Esa no es virtud que se aprende «en la calle», es un valor que se crea desde la crianza familiar y allí tuvo méritos la madre.

Según el escritor Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga, que escribió el libro «El Niño Linares, «Panchita era tímida y educó a sus hijos con rigidez». «Lo hizo prácticamente sola», refirió Martínez de Osaba y Goenaga. Fidel, que integró selecciones nacionales y era uno de los buenos zurdos en Pinar también era militar y viajaba con frecuencia. Por tanto, la crianza de ambos atletas recayó sobre la señora.