Santiago vs Industriales paralizaban el país, confiesa Orestes Kindelán

Jose Adrian

Orestes Kindelán destacó la pasión con la que se vivía el Clásico del beisbol cubano en el imponente Guillermón.

Orestes Kindelán destacó la pasión con la que se vivía el Clásico del beisbol cubano en el imponente Guillermón.

Hace algunos años, Orestes Kindelán, máximo jonronero de la historia del beisbol dentro de la Isla, habló de aquellos clásicos que paralizaban todo el país. De esos Santiago de Cuba vs. Industriales.

La añoranza es algo inevitable para los amantes del beisbol antillano que vivieron las épocas doradas de este. Esta nostalgia crece de forma inversamente proporcional a la calidad del deporte en la isla. Aquellos duelos quedaron en el pasado, siguen vivos en el imaginario de sus protagonistas, tanto aficionados como deportistas.

Orestes Kindelán recuerda los mejores años del beisbol cubano

«El tambor mayor» recuerda con cariño aquellos desafíos donde se reunía la más grande rivalidad existente en el beisbol cubano. Avispas y Leones peleaban en el terreno hasta las máximas consecuencias, era una lucha extrema dentro y fuera del campo.

«Mi beisbol fue grande, muy grande porque esos encuentros entre Santiago de Cuba e Industriales han quedado para toda la historia, para toda la vida. Siempre se van a recordar por esos encuentros famosos, muy grandes, con mucha rivalidad. Con muchos deseos de querer triunfar por ambas partes», rememoró.

Como si de rebobinar una película se tratase, Kindelán miraba a la nada para revivir aquellos momentos donde la gente abarrotaba los estadios y las madrugadas se hacían bien largas viendo la pelota.

«Y creo que parar un país para que vea un playoffs de Santiago de Cuba e Industriales ya eso lo dice todo. Esa grandeza de esa rivalidad, ese fanatismo de la persona. De los atletas, hombres, mujeres, niños, ancianos», narró.

Las aficiones sufrían y gozaban con el equipo

La afición no era un plus, era parte del equipo. Sufría y reía con él. Gritaba y provocaba errores. El Guillermón Moncada de Santiago y el Latinoamericano de La Habana eran dos manicomi0s cuando chocaban estos conjuntos en el Clásico cubano. La pelota era una forma de vida. La pasión.

«Esos encuentros entre Industriales y Santiago en esos famosos playoffs es una historia que nadie puede borrar. Creo que eso quedó grabado para que todo el mundo lo recuerde y cuando alguien sienta o quiera aprender en realidad cómo deben salir los equipos a competir y a disfrutar un juego de beisbol. Desearía siempre que recordaran los encuentros entre Santiago e Industriales, tanto en el Latino como en el Guillermón Moncada», enfatizó el icónico dorsal 46 de «la Aplanadora de Cuba» y la selección Nacional.

Por último, hizo hincapié en el Guillermón, ese estadio que vio tantos triunfos y se convertía en una auténtica olla de presión para ablandar a sus rivales. También rindió tributo al Latino, el coloso más importante de Cuba.

«Mi Guillermón es algo maravilloso. Algo de siempre para recordar. Y en el Latinoamericano, creo que ese es el terreno insignia de Cuba», concluyó.

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