Por Juan Páez / @jmanupz
En el último día de la temporada regular 2017, este domingo, se recordará al gran Bert Campaneris por una hazaña con la que el mánager de los Tigres de Detroit, Brad Ausmus, planea que su pelotero Andrew Romine termine la campaña. El dirigente le permitirá al utility cubrir las nueve posiciones durante el juego ante los Mellizos de Minnesota.
El cubano Dagoberto, nombre de pila de Campaneris, fue el primero en lograr este particular hito nada sencillo y que normalmente se hace con más intención de causar espectáculo que necesidad, como aquel 8 de septiembre de 1965, cuando los Atléticos de Kansas City ya sumaban 87 de sus 103 derrotas totales en esa zafra. Ese día le tocó al cubano en el revés 5-3 frente a los Angelinos de California en 13 episodios.
“Campy”, como se le conoce a la leyenda de Pueblo Nuevo, comenzó en las paradas cortas (su posición original), siguió a la segunda base y posteriormente a la tercera. Después cubrió, en orden, los jardines izquierdo, central y derecho, se devolvió al cuadro para defender la inicial, luego lanzó 1.0 entrada y permitió un hit y una carrera limpia, con dos bases por bolas y un ponche a Bobby Knoop. El sencillo se lo conectó Joe Adcock.
Será el quinto
En cuanto a Romine, durante esta campaña se ha desempeñado en ocho posiciones: todas las del terreno, a excepción de la receptoría. Pero Ausmus confía en sus capacidades defensivas, que son sin duda la razón por la que está en la Gran Carpa y no por su ofensiva.
“Él tiene la habilidad de jugar las nueve posiciones”, dijo el estratega. “En juegos que particularmente no cuentan, podría hacer la acción un poquito más interesante”.
El estadounidense, una vez que lo haga, se convertirá en apenas el quinto pelotero en la historia de las Grandes Ligas en ocuparse de los nueve lugares del diamante. Todo lo empezó Campaneris, siguió el venezolano César Tovar con los Mellizos (22 de septiembre de 1968), luego Scott Sheldon por los Rangers de Texas (6 de septiembre del 2000) y Shane Halter, también por los Tigres (1 de octubre del 2000).
Su mayor preocupación es que nunca antes, ni siquiera en ligas menores, ha sido catcher. Casualmente, y para su gracia, su hermano Austin es uno de los caretas de los Yankees de Nueva York.
“Mi hermano estaba como: ‘solo atrápala. Si te ponen ahí, no intentes nada muy especial, no trates de acomodar mucho la mascota. Solo pon tu guante frente a la pelota y atrápala’, dijo el utility al Michigan Live. “Es algo bonito poder decir que hice hago que no muchos otros han hecho”.
Recordando a Bert
El dueño de los Atléticos en aquel entonces, Charlie Finley, vio que la temporada no podía ir peor. En el estadio eran más los asientos vacíos que los llenos y se le ocurrió la idea de hacer la Campy Campaneris Night, su manera de anunciar el acontecimiento.
“10 mil fanáticos era una gran afluencia para nosotros, estábamos muy por debajo de eso”, admitió Ken Harrelson, compañero de Campaneris para la fecha, a MLB Network. “En esa época, los equipos estaban buscando cómo poner fanáticos en las sillas”.
“Charlie me preguntó si podía jugar las nueve posiciones y le dije: ‘claro, lo quiero hacer’. Estaba muy emocionado por jugarlas todas”, contó el antillano, cuya jornada histórica terminó en la receptoría cuando Ed Kirkpatrick chocó con él en el plato tratando de anotar y le lesionó el hombro izquierdo en la alta del noveno episodio.
Lo cierto es que la estrategia de Finley funcionó. Esa vez fueron al estadio 21 mil 576 personas, una gran diferencia con respecto a la que fue la tendencia en toda la zafra para los A’s. ¿Pasará lo mismo con los alicaídos Tigres? Se verá el domingo.