Orlando Hernández, «El Duke», ha sido uno de los más grandes lanzadores que ha dado el béisbol cubano en toda su historia, con números históricos en 10 Series Nacionales, llegó a la Gran Carpa con 32 años y aún así escribió una rica historia de nueve temporadas y cuatro Series Mundiales.
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Hernández dejó a dos de sus hijos en Cuba -Steffi, de dos años, y Yahumara, de siete-. Estaba separado de la madre de los niños cuando salió de la isla en una precaria embarcación en diciembre de 1997, pero en 1998 se le autorizó la salida de la isla luego de que el Duke ganara la primera de sus cuatro Series Mundiales.
Los restantes tres hijos de Orlando Hernández nacieron en los Estados Unidos y fueron fruto de la unión con Noris. Ella fue su segunda esposa y salió en el mismo bote en el que él escapó de Cuba. Aquella odisea forjó un vínculo imposible de quebrar y así vinieron al mundo Natalia, Sofía y Orlandito.
Orlando Hernández Jr. tiene 19 años y ya ha iniciado su primer año en el béisbol colegial, como lanzador, por supuesto, para la prestigiosa Universidad Internacional de Miami.
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“Ellos son el soporte. Todo en mi vida, lo que he logrado y lo que quiero hacer es por ellos«. Dijo en el año 2016 en una entrevista al Diario Las Américas y ahora, siete años después, volvió a hacer patente este amor incondicional a sus hijos de manera pública en sus redes sociales.
«El Duke» debutó en Grandes Ligas con los Yankees de Nueva York en 1998 y se retiró con los Mets de Nueva York en 2007. Con los Yankees jugó hasta 2004. Ganó cuatro anillos de Serie Mundial en 1998, 1999, 2000 y 2005.
De por vida tuvo récord de 90 victorias, 65 derrotas y una efectividad de 4.13, con mil 86 ponches. Su mejor temporada fue en 1999 cuando ganó 17 y perdió 9, con 157 ponches, según los datos de Baseball Reference.