La II Liga Élite del Béisbol Cubano acogió el sábado 2 de diciembre el inicio de nuevas subseries. Entre estos juegos se destacó el escenificado entre Industriales y Matanzas. El estadio «Victoria de Girón» fue testigo de un hecho extremadamente raro en la isla antillana.
Los bateadores de los «Cocodrilos» castigaron con saña el pitcheo azul, culminando el juego antes de las nueve entradas. El marcador de 13 anotaciones por tres, favorable a los matanceros, dictaminó la ley de la piedad.
Pero, lo curioso ocurrió en la parte baja de la sexta entrada. En ese momento la pizarra marcó una docena de carreras para los discípulos de Armando Ferrer, por solo tres de sus rivales.
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Guillermo Carmona, el timonel de los azules, tomó una inesperada decisión. El estratega decidió no seguir malgastando su cuerpo de lanzadores y colocó sobre el box a un jugador de cuadro. ¡Jorge Enrique Alomá subió a la lomita para actuar como serpentinero!
El hecho suscitó de inmediato, comentarios en las redes sociales y en quienes visualizaban el desafío en directo. Aunque en Grandes Ligas esto es una práctica habitual, en Cuba no sucede lo mismo.
Sorpresas en el béisbol cubano
Jorge Enrique Alomá y su labor como pitcher quedarán para la anécdota. En un momento parecía que el improvisado monticulista tendría una efímera actuación. Un hit de José Prens y un error sobre un batazo de Alexander Pozo no eran buenos presagios.
Posteriormente sucedió lo impensable. Yariel Duque entregó el primer out con un inofensivo fly. Yoisniel Camejo fue el siguiente en asumir su turno al bate y produjo un elevado al jardín central que sirvió para impulsar el corredor que se encontraba en tercera base. Por último, una línea al medio del terreno concluyó la actuación de Alomá desde el box.
El nivel tan bajo del torneo de marras quedó en entredicho una vez más. La II Liga Élite del Béisbol Cubano supuestamente iba a agrupar la calidad de los peloteros caribeños, pero el evento ha quedado muy lejos de las expectativas.