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El Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, ubicado en New York, es el lugar donde se rinde homenaje a los más grandes jugadores de la historia del béisbol de MLB. Sin embargo, a lo largo de los años, ha habido controversias sobre quién merece ser inducido y cómo se determina esa elegibilidad. Algunos jugadores han sido considerados tan sobresalientes que su entrada debería haber sido unánime, lo que ha generado cientos de debates. A continuación, presentamos un top 10 de peloteros de las Grandes Ligas que, en nuestra opinión, debieron haber sido inducidos al Salón de la Fama sin ninguna oposición.
1. Ni Babe Ruth pasó exento
Considerado el mejor jugador de béisbol de todos los tiempos de MLB, Babe Ruth revolucionó el juego con su poder al bate. Con 714 jonrones y un promedio de bateo de .342, su impacto en el béisbol es innegable. Ruth no solo fue un gran jugador, sino que también ayudó a popularizar el deporte en todo el mundo. Aun así, Babe Ruth no entró unánimemente al Salón de la Fama del Béisbol. Aunque Ruth fue uno de los primeros cinco jugadores en ser incluido en 1936, recibió un 95.13% de los votos, por lo que no fue unánime. ¿Razones? Nunca las sabremos.
2. Ted Williams, ni siendo veterano de guerra pudo reunir para ser unánime
Ted Williams es ampliamente considerado como uno de los mejores bateadores de todos los tiempos. Con un promedio de .344 y dos títulos de bateo, Williams también fue el último jugador en batear más de .400 en una temporada (1941). Su enfoque en la ciencia del bateo y su dedicación a la excelencia deberían haber garantizado su entrada unánime en el Salón de la Fama en 1966.
Williams ganó la Triple Corona de bateo, fue uno de los pocos en batear por encima de .400 en una misma temporada de MLB y por si fuera menos, fue veterano de guerra y piloto de aviones de combate; pero todo esto solamente le valió para obtener un descabellado 93.38%.
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3. Hank Aaron y su reinado del jonrón no bastaron
Hank Aaron, conocido como «Hammerin’ Hank» en MLB, rompió el récord de jonrones de Babe Ruth y finalizó su carrera con 755 jonrones. Además, Aaron acumuló más de 3,700 hits y fue seleccionado para 25 Juegos de Estrellas. Su consistencia y longevidad en el deporte merecían una inducción unánime en 1982.
Increíblemente, en esa misma boleta de 1982, Ty Cobb obtuvo un mayor porcentaje de votos que el mismísimo Hank Aaron. El antiguo rey del jonrón de MLB consiguió convencer a un total de 97.8% de los electores seleccionados.
4. Ni el más completo pudo, Willie Mays se quedó corto
Willie Mays es considerado por muchos como el mejor jugador completo en la historia del béisbol de MLB. Con 660 jonrones, un promedio de .302 y habilidades defensivas excepcionales, Mays dejó una huella imborrable en el juego. Su inducción en 1979 debería haber sido unánime, dado su impacto tanto ofensivo como defensivo.
Mays no pudo llegar al 100% de la elección de los encargados, sin embargo, el legendario patrullero logró entrar en su primera aparición y se convirtió en el noveno pelotero de toda la historia en hacerlo (hasta esa fecha).
5. Sandy Koufax siendo el más dominante de su época
Sandy Koufax es uno de los lanzadores más dominantes que ha visto el béisbol. Con tres premios Cy Young y un ERA de 2.76, Koufax tuvo una carrera corta pero espectacular. Su capacidad para dominar en los momentos más importantes, incluyendo tres juegos sin hit ni carrera, lo convierte en un candidato que merece una entrada unánime al Salón en 1972.
Lo de Koufax en MLB fue impresionante; tanto que se convirtió en el miembro más joven de toda la historia en ingresar con apenas 36 años de edad, también en su primer año de elegibilidad. Pero a pesar de su grandeza, igualmente se quedó a las puertas de ser unánime.
6. Jackie Robinson y su influencia
Jackie Robinson no solo cambió el béisbol de MLB al romper la barrera del color en 1947, sino que también fue un jugador excepcional. Con un promedio de .311 y una gran habilidad para robar bases, Robinson es un símbolo de lucha por los derechos civiles. Su inducción en 1962 debería haber sido unánime por su impacto tanto dentro como fuera del campo.
Aunque Jackie Robinson no gozó de números excepcionales en su trayectoria profesional en MLB, el histórico «42» pasó ser, sin lugar a dudas, el hombre más influyente en la historia del béisbol; tanto dentro como fuera de los terrenos y para toda la eternidad del deporte en los Estados Unidos.
7. No hubo argumentos contra Cal Ripken Jr.
Cal Ripken Jr., conocido como «El Hombre de Hierro», redefinió la durabilidad en el béisbol al jugar 2,632 partidos consecutivos. Además, acumuló más de 3,000 hits y fue un excelente defensor. Su inducción en 2007 debería haber sido unánime, dado su impacto duradero en el juego y su ética de trabajo ejemplar.
El caso de Ripken Jr. es digno de estudio en MLB. Como votante no se le puede decir que no a un hombre que se paró en el terreno durante cada día por 2,632 juegos consecutivos, y no solo eso, sino con los increíbles números ofensivos que reunió siendo shortstop. Sin duda, el legendario pelotero de Baltimore debió ser unánime.
8. Pedro Martínez y la falta de criterio de los electores
Pedro Martínez es considerado en MLB como uno de los mejores lanzadores en la historia del béisbol moderno. Con tres premios Cy Young y una efectividad impresionante de 2.93, Martínez dominó a sus oponentes durante su carrera. Su inducción en 2015 fue notable, pero su grandeza debería haber garantizado una entrada unánime.
Qué decir de Pedro Martínez. Más allá de haber sido un pitcher dominante, fuerte mentalmente y hecho para las grandes citas, el dominicano y su temperamento no fueron del agrado de muchos votantes. Es por ellos que de manera recurrente se habla de la necesidad de definir los parámetros para darle entrada a un jugador al salón de los inmortales.
Lastimosamente, quien piense que Pedro Martínez no es un merecedor de una estatuilla en Cooperstown, con todo respeto, es porque ha estado viendo otro deporte en su carrera. Pero entre gustos y colores…
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9. Jim Palmer fue el mejor de su generación
Jim Palmer es uno de los lanzadores más exitosos en la historia del béisbol, con tres premios Cy Young y más de 2,200 ponches. Su capacidad para ganar juegos importantes y su consistencia lo convierten en un candidato digno de una entrada unánime al Salón de la Fama en 1990.
Palmer fue un lanzador duro y exitoso de su época en activo. Más allá de que pudo ingresar, es difícil entender cómo en pitcher de sus características no tocó el máximo nivel de Cooperstown siendo elegido de forma unánime.
10. El escandalo de Nolan Ryan
Nolan Ryan es sinónimo de longevidad y dominio en el morrito. Con siete juegos sin hit ni carrera y más de 5,700 ponches, Ryan dejó una marca indeleble en el béisbol. Su inducción en 1999 fue celebrada, pero su estatus legendario debería haber llevado a una entrada unánime.
Otro caso sumamente de escándalo. Nolan Ryan no tuvo argumentos para evitar su exaltación de forma unánime. Este lanzador hizo lo que quizás, jamás volvamos a ver en toda la historia.
Sus apariciones legendarias, su carácter, velocidad en sus lanzamientos y más impresionante aún, su longevidad eran claros atributos para abrir todo Cooperstown para él. Pero aún así solamente faltó el voto de seis sujetos para ser unánime. Sin duda, una pena.
Conclusión
La historia del béisbol está llena de jugadores que han dejado una huella indeleble en el deporte. Aunque algunos han sido reconocidos con inducciones al Salón de la Fama de MLB, otros han enfrentado controversias y divisiones entre votantes. Los diez peloteros mencionados anteriormente no solo fueron excepcionales en sus respectivas carreras, sino que también cambiaron la forma en que se juega y se percibe el béisbol.
La inducción unánime al Salón de la Fama debería ser un reconocimiento a la grandeza suprema en el deporte, y estos jugadores cumplen con esos criterios con creces. Al mirar hacia el futuro, es esencial recordar sus contribuciones y asegurarse de que sus legados continúen inspirando a las futuras generaciones tanto dentro como fuera del diamante.
Hasta la fecha, solamente el otrora cerrador de New York Yankees, Mariano Rivera, pudo romper con esa situación y se convirtió en el primer y único hombre unánime en el Salón de la Fama de MLB en Cooperstown.
Siguiendo esto, se espera que otros nombres como Albert Pujols o Miguel Cabrera puedan en el futuro alcanzar esa distinción o al menos estar cerca de conseguirlo en MLB. Por ahora solo queda esperar y sorprendernos ante cada decisión y elección polémica de los votantes.
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