Por Alexander García Milián
Al escuchar hablar otra vez a Frangel Reynaldo me convenzo de que es un tipo sabio en verdad, el hombre que quizás posea mayor sapiencia beisbolera en Cuba al día de hoy.
Los conocimientos de Frangel son bastos, ya en Del béisbol casi todo marcó una pauta e incluso el libro mereció el premio del lector. Un vivo reflejo de que a la gente en Cuba le sigue interesando conocer de pelota y de verdad, buscando e investigando incluso sobre cuestiones teóricas.
A Frangel hay que darle más espacios en televisión, hacer un programa para el si es preciso, darle más difusión a su trabajo; es un hombre con voz autorizada para ello.
Ahora, en Al duro y sin guantes, habló otra vez a camisa quitada- no tenemos oficio, el oficio se entrena y se logra- afirmo y entonces una gran duda… ¿Qué es el oficio?
En primera, segunda y tercera instancia, siempre concibo el oficio, como el grado máximo de saberes táctico- técnicos, necesarios para desarrollarse de forma correcta en el juego de béisbol; esto para dejarlo a nivel del deporte en cuestión.
Sí ahondamos un poco más el oficio, es comprender a cabalidad las funciones a realizar para cumplir una serie de objetivos necesarios para obtener una meta determinada.
Desde el albañil, hasta el médico, todos los oficios tienen su porque…Ahora el del pelotero, creo sería tocar bien la bola, correr bien las bases, cumplir las responsabilidades defensivas- cortar tiros de relevo, marcar para tiros a home o a las almohadillas- batear por detrás del corredor. En fin la gama es amplia pero la esencia esta por aquí.
La percepción que poseía pasaba por estos tópicos pero entendía el oficio o hablar de pelotero con oficio a los jugadores que tenían experiencia en varias ligas, que tenían una hoja de ruta basta para conocer con exactitud los vericuetos y detalles del juego.
Hoy me doy cuenta con Frangel que es algo que va más allá- sigo creyendo que todo se imbrica- pero entiendo cuando habla de que el oficio se entrena- prácticas simuladas de jugadas, ejercicios tácticos en el terreno, tal como las situaciones que pone de ejemplo en Del béisbol casi todo-.
_ “Nosotros estamos altamente sofisticados en el entrenamiento deportivo, hasta el nivel de los hombros, físicamente somos muy potentes y eso es una realidad, pero de los hombros hacia arriba estamos atrás”- dijo Frangel en claro señalamiento a las deficiencias tácticas que impera en el béisbol, a la falta de pensamiento, al ir más allá en el juego, seguir las jugadas, tratar de conocer los lanzamientos del pitcher.
En lo particular me quito el sombrero una vez más ante Reynaldo, pero igual pienso que el hecho de ver solo en unos 90 juegos- para los jugadores que juegan la temporada completa- a los mismos pitcher, enfrentarse a las mismas circunstancias; son elementos que precondicionan la mente y por tanto la limitan a contextos específicos.
El juego constante, quizás 100 partidos de promedio, el ver otro béisbol, el que sea, pero verlo; tener innings encima en el caso de los pitcher; elementos estos que agrupan bastante el meollo del asunto.
Pero estas son meras reflexiones, algo quizás para avivar los comentarios y criterios de todos… Yo me quedo con las palabras de Frangel… Y usted, ¿qué piensa?
Nos vemos a la vuelta.