Por Juan Páez
Cuando las Águilas del Zulia anunciaron su importación para la temporada 2017-2018 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, figuraba un lanzador cubano: Reinier Roibal. Era un derecho que no tenía experiencia en el circuito de Venezuela, pero venía de dejar buenos números este año con el Bridgeport Bluefish, en la liga independiente Atlantic League.
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La apuesta del conjunto zuliano ha funcionado en demasía. El antillano se convirtió en uno de los puntales de la rotación rapaz, a punta de dominio y un control espectacular.
“Este béisbol ha cumplido con mis expectativas, hay mucha calidad en Venezuela”, declaró el nacido en Santiago a Swing Completo. “Y mientras va pasando el campeonato, se pone más fuerte. Lo más difícil para adaptarme fue el clima al principio. Como vivo en Estados Unidos, se me hace muy diferente. Se parece al de Cuba, pero ya hace mucho tiempo que salí de ahí. Aquí hay mucha humedad y me golpeaba mucho al principio”.
Luego de cinco aperturas con los actuales campeones de aquella liga, Roibal tiene récord de 2-1 y efectividad minúscula de 1.61. Suma 22.1 entradas de labor, en las que ha permitido 17 imparables y apenas cuatro carreras limpias, sin jonrones. Únicamente ha otorgado tres bases por bolas y registra 25 ponches, una relación destacable. Gracias a su capacidad de mantener hombres fuera de circulación, su WHIP (boletos y hits por inning) es de 0.896.
J | G | P | IP | H | CL | BB | K | EFEC |
5 | 2 | 1 | 22.1 | 17 | 4 | 3 | 25 | 1.61 |
El diestro es segundo en PCL, solo por detrás de Guillermo Moscoso (1.44) y es el líder en ponches de toda la liga. También es segundo en WHIP.
Más responsabilidad
Ahora Reinier tendrá un poco de más peso o, si se quiere, de mayor responsabilidad, pues las Águilas perderán a su otro gran abridor de esta campaña: el venezolano Elieser Hernández, ante las restricciones de su organización en las Mayores. Por eso el isleño pasará a ser el nuevo as del club occidental, hecho que no le hace perder el sueño.
“No me enfoco en eso, me enfoco en cada salida que tengo para hacerlo lo mejor posible y dar lo mejor de mí. No es mi meta ser el as”, dijo el serpentinero de 28 años de edad. “Mi meta siempre es esforzarme cada vez más. Me enfoco sobre cada lanzamiento y su localización, dónde tengo que tirar cada pitcheo y pensar en lo que está pensando cada bateador, cómo le debo lanzar. Esa ha sido la clave hasta ahora”.
Roibal agregó que no planea dejar Venezuela antes de que finalice la campaña, salvo que una lesión o un despido le impidan continuar su accionar en el campeonato. “Quiero ayudar al equipo lo más que pueda”, siguió.
Similitud con Martínez
La temprana actuación de este escopetero es parecida a la de su coterráneo Jorge Martínez en su primera temporada, el año pasado con los Cardenales de Lara. Martínez, en sus cinco salidas iniciales, ganó uno, perdió otro y dejó efectividad de 2.16 en 25.0 capítulos de trabajo.
A la larga, se convirtió en el mejor lanzador importado del circuito en la zafra 2016-2017 y quedó segundo en la votación para el premio al Pitcher del Año. Terminó con registro de 6-2 y un promedio de carreras limpias permitidas de 2.74 en 13 presentaciones, todas como abridor.
Es probable esperar algo parecido de Roibal. Como él dijo, salvo una lesión o algún otro percance, tendrá el camino libre para desarrollar una buena temporada y ganar lo que Martínez no pudo: el preciado galardón, nunca obtenido por un antillano.