Este miércoles, los Detroit Tigers enfrentan a los Kansas City Royals en el tercer partido de un compromiso particular entre ambos equipos que marcha igualado a un triunfo por bando, con sede en el emblemático estadio Comerica Park.
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El juego llegó con ventaja de los locales de 5×3 a la parte conclusiva del octavo episodio, cuando los Tigers anotaron otra carreras más para sentenciar el encuentro a su favor.
El primer bateador de la entrada fue Spencer Torkelson quien se embasó por error del segunda base rival. Fue un elevado que se internó en la zona corta del jardín izquierdo pero una colisión entre en camarero y el patrullero derecho de los Royals permitió que la bola cayera al suelo y que el bateador llegara hasta la antesala.
Acto seguido, Kerry Carpenter tomó ponche, pero el boricua Javier Báez sonó el madero a la hora buena y con cohete impulsor envió a Torkelson a la registradora. En cuenta adversa de dos strikes sin bolas, Báez le hizo swing a un cambio de velocidad del derecho Kowar a 86 mph en zona baja y sacó un texas por detras del torpedero que picó en tierra de nadie por el jardín izquierdo.
La bola salió de su bate apenas a 68 mph, pero no encontró defensor alguno a su paso.
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Ahora Báez lleva de 4-2 en el encuentro con dos carreras impulsadas y mejoró su promedio hasta .238. De hecho, este segundo imparable fue el número 1001 de por vida en MLB, misma jornada en la cual arribó al millar de hits en las Mayores, pelotero nacido en Puerto Rico número 41 en sumar esa cantidad en el mejor beisbol del mundo