Atlanta Braves es un equipo que está acostumbrado a estar en las primeras posiciones de la Liga Nacional. En esta campaña 2024 tienen en Philadelphia Phillies a un contendor de peso, el cual tiene par de juegos de ventaja al poseer marca de 27-12.
Por ello, el partido de este sábado 11 de mayo, frente a New York Mets en Citi Field tomó un valor preponderante. Era necesario ganar para mantenerle el ritmo a Philadelphia.
Atlanta salió con Max Fried como abridor. Era su octava apertura de la presente temporada y en sus salidas previas registraba efectividad de 4.23, con 18 carreras recibidas y 32 ponches recetados en 38.2 capítulos de labor.
Pero el zurdo era un lanzador de categoría. No en vano fue All Star en 2022 y en 2023 tuvo récord de 8-1 en 14 presentaciones. Es decir, para Atlanta Braves su aparición en la lomita era garantía de éxito.
Max Fried sumó una actuación histórica para Atlanta Braves
La visita aprovechó la presentación dominante de Fried para sacar ventajas. Lo hizo primero gracias a un jonrón productor de dos carreras de Orlando Arcia, el cual la sacó a 412 pies por el jardín izquierdo en la tercera entrada. Esta brecha se alargó en la siguiente entrada, producto de un sencillo de Michael Harris II, el cual trajo al plato a Austin Riley.
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Estas carreras parecían suficientes para llevarse la victoria, pues Max Fried continuaba su andar dominante. Ya la alerta del no hit no run estaba encendida. De concretarlo, iba a acabar con una espera de 30 años sin ver una actuación de este tipo para un abridor de Braves.
La última vez había sido el 8 de abril de 1994. En aquella oportunidad, el encargado de la hazaña fue Kent Mercker, quien lo consiguió ante Los Angeles Dodgers, en una victoria 6×0. Era el pitcher número 14 de la franquicia que lograba eso y Fried buscaba acompañarlo en la lista.
Tras sacar otro cero, Fried salió del encuentro con 7.0 innings lanzados de forma magnífica. Recetó cinco ponches, concedió tres boletos y no permitió ningún indiscutible. Esto le sirvió para que bajar su efectividad a 3.57. De esta manera se convertía en el primer lanzador de MLB en lanzar más de 6.0 entradas dos veces, sin hits permitidos, en un lapso de tres apariciones desde que Johnny Vander Meer lo hiciera en 1938.
Atlanta estiró la ventaja luego de que Ronald Acuña Jr. reciba un boleto con las bases llenas, dándole mayor margen de acción a los pitchers encargados de mantener el no hitter.
Todavía quedaba la posibilidad de hacer historia. El cuerpo de relevistas podía sacar los seis outs restantes y lograr el primer no hitter combinado desde 1991 en la franquicia. Raisel Iglesias era el encargado de dar broche de oro a una actuación histórica y todo parecía encaminado.
Solo restaba un out y el oponente del cerrador era JD Martínez, quien al primer envío conectó un cuadrangular a 95 millas. Este fue su primer jonrón con New York Mets y sirvió para acabar con una actuación memorable del cuerpo de lanzadores de Atlanta Braves, que pese a la desilusión logró la victoria 4×1, la número 24 en 36 juegos. Aunque queda un sabor de lo que pudo haber sido y no fue.
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