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Robertlandy Simón es de esos deportistas cubanos que un día partieron de la isla en la búsqueda de nuevas oportunidades. El voleibolista conquistó el ámbito profesional y se convirtió en uno de los mejores atletas de la disciplina, pero regresó a su país natal en el año 2019 y reanudó la relación con las autoridades. A pesar de esto, el antillano no olvida las condiciones que lo hicieron tomar la decisión de perseguir sus sueños en otras fronteras.
El propio Robertlandy Simón contó recientemente al medio de comunicación TVP Sport varias historias de sus inicios en el voleibol cubano, las cuales mostraron las carencias que sufrió en la práctica de este. El comienzo del as en la rutina de las competiciones se afectó por la ausencia de medios básicos para el desarrollo gradual de habilidades y capacidades físicas.
Revelación de Robertlandy Simón
«Los primeros años fueron difíciles porque no teníamos balones para entrenar. Así que, a menudo, solo practicábamos movimiento, sin siquiera red. El terreno se inundaba con frecuencia. Cuando llovía mucho, el agua no se evaporaba y no encontraba salida, a veces solo se secaba una semana después. Entrenar todos los días era imposible en aquel entonces. Más tarde, encontramos una manera de embarrar el terreno. No se llama arena; de hecho, no sé cómo describir este material. Parece arena, pero es roja (arcilla o polvo de ladrillo)«, recordó.
La inventiva que crearon los noveles en aquel tiempo les permitió solventar de alguna manera el panorama. Robertlandy Simón rememoró lo difícil que resultó su ascenso en el voleibol cubano en las categorías inferiores, debido a los innumerables problemas que se le presentaron.
«Durante los dos primeros años, jugamos sobre cemento, y luego encontramos la famosa arcilla roja, que vertimos sobre el suelo. También era un poco mejor para las articulaciones porque proporcionaba amortiguación. Así, la situación mejoró y pudimos entrenar con más frecuencia. Como mencioné, en aquel entonces no teníamos pelotas, pero de vez en cuando alguien nos daba dos o tres para jugar. Practicábamos con ellas constantemente. Por lo tanto, hacíamos mucho entrenamiento físico; no teníamos otra opción«, indicó.
Dificultades y deficiencias en la preparación
Robertlandy Simón confesó que tal situación frenó el desarrollo constante de los implicados. La parte física se convirtió en lo fundamental, pero las deficiencias en los aspectos técnicos relució una y otra vez. Incluso, los compañeros que después tuvo el atleta en su andar por el mundo le plasmaron que esa debilidad era algo marcado en el voleibol cubano.
«Cuando no tienes las mismas oportunidades que otros, tienes que trabajar en otras habilidades para alcanzarlas. La mayoría de nuestros rivales europeos son muy avanzados técnicamente. No teníamos las condiciones para desarrollar este aspecto, así que tuvimos que encontrar la manera de contrarrestar la técnica de los europeos: trabajar más físicamente. En Cuba, es casi imposible ser bueno en el voleibol ya que en cierto modo es un deporte de laboratorio«, expresó.
Robertlandy Simón manifestó lo complicado que resultó su formación en el voleibol cubano y las carencias que enfrentó. El atleta se sobrepuso a todo esto, pero son recuerdos que quedaron plasmados en su mente para siempre.
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Cronista del Universo Atlético y Analista de Béisbol con experiencia en varios sitios web. Licenciado en Cultura Física con 17 años como entrenador deportivo. Desde marzo de 2023, miembro del equipo editorial de Swing Completo para la cobertura de Grandes Ligas y Pelota Cubana.