Por Guillermo Sánchez
Randy Arozarena es uno de los jugadores más temidos actualmente en la Gran Carpa y pese a que el jardinero de Tampa Bay Rays no está viviendo su mejor momento ofensivo, los lanzadores rivales lo respetan al máximo y tratan de evitar dejarle algún lanzamiento allí en la zona.
La noche de hoy el equipo de La Florida viajó a San Diego para una serie de tres cotejos frente a los locales, Padres. Por los de casa abrió en la lomita el derecho japonés, Yu Darvish, quien no se ha visto muy bien en 2023 pero sigue siendo un brazo de nivel en el equipo de los frailes; por la visita el encargado de llevar la fiesta fue Shane McClanahan, que a diferencia del nipón alardea con un sólido récord de 10-1 y un porcentaje de carreras limpias de 2.10.
La mesa estaba servida para que fuese un juego de pequeños detalles y todo un duelo monticular, y así fue.
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En la parte del cuarto capítulo y con la pizarra 1×0 favorable a Tampa (por jonrón solitario del mexicano Isaac Paredes), llegó el segundo turno de Randy Arozarena frente a Yu Darvish (en la primera había sido dominado por una gran jugada de Juan Soto en los jardines).
Con Luke Raley en la intermedia, sin outs en el tablero y al primer pitcheo, un sweeper a 84 MPH, el de Pinar del Río sonó su bate con una potente línea que salió despedida entre la tercera base y el campocorto, y se internó en la pradera izquierda cuidada por Juan Soto, sacudiendo así al lanzador rival.
Con este estacazo Randy Arozarena se sacudió un pequeño slump de cuatro compromisos sin traer carreras al plato y dejó su línea ofensiva* en .283/.403/.878 con 12 jonrones, 45 remolcadas y 42 anotadas.
(*) Estadísticas hasta el cierre de esta nota.