Por Guillermo Sánchez
Tampa Bay Rays no vive un gran momento, de hecho han perdido tres encuentros en fila y tienen récord de 4-6 en los últimos diez compromisos, dadas estas circunstancias todos nos planteamos la siguiente pregunta: ¿Hay que entrar en alarma? Y la respuesta más sensata es decir ¡NO! Pues lo mismo sucede con Randy Arozarena.
El cubano nacionalizado mexicano no vive el mejor momento de la campaña y esto aunque suene un poco extraño es cuestión de ciencia. Hay una teoría llamada «Regresión a la media» que en estadística y en la vida, es el fenómeno que ocurre cuando, por ejemplo, si se ha medido una variable y la primera vez se obtiene un valor extremo, en la segunda medición éste tenderá a estar más cerca de la media.
Y te preguntarás ¿Guillermo a qué viene todo esto? Pues a que no debemos encender las alarmas cuando hablamos de Randy Arozarena y su rendimiento ya que es muy normal tienda a estar dentro del promedio, aunque ciertas veces, como lo que te contaré, evento suscitado en la jornada de ayer martes 20 de junio, el jardinero de Tampa nos sorprenda con ciertas pinceladas, comparables con las más hermosas obras de arte.
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En el cotejo que terminó con victoria de Baltimore Orioles 8×6 sobre Tampa Bay Rays, específicamente en la parte alta del noveno episodio, se evidenció una gran jugada defensiva de Randy Arozarena en los jardines del Tropicana Field.
Con un out en la registradora el lanzador Robert Stephenson se enfrentó al antesalista mexicano Ramón Urías, este al primer lanzamiento, un slider a 88.6 MPH, hizo swing y conectó la bola con una soberbia línea que en primera instancia parecía un indiscutible, pero no fue así. Randy Arozarena al percatarse del batazo partió sin titubeo alguno en busca de la esférica y al ver que le llegaba se zambulló cuan nadador en un piscina para atrapar magistralmente la pelota.
La jugada terminó con la amenaza del equipo visitante en ampliar la pizarra. Sin más, les dejo las imágenes.