Cada paso en la Serie Mundial de Pequeñas Ligas de Béisbol es cuestión de vida o muerte, debido al sistema competitivo vigente en dicho evento.
El equipo de Bayamo en representación de Cuba tuvo en la jornada dominical su tercera presentación, que a la postre resultó su despedida al caer con marcador de dos carreras por tres.
Panamá resultó el rival de turno. Los canaleros habían mostrado sus armas en los topes anteriores y usarían una de ellas frente a Cuba: un intransitable pitcheo.
El abridor antillano Ismael Ortega se complicó en el inning de apertura, permitió una anotación por hits de Rubén Canto y Ian Corrales. El partido se tornó cuesta arriba para los pequeños Alazanes en ese preciso instante.
Los compases del encuentro mostraron un dominio por los pitchers de ambos equipos, lo que llevó la tensión cada vez más ascendente al bando cubano.
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Omar Vargas y su supersónica velocidad
La lomita panameña fue ocupada por el derecho Omar Vargas, quien lanzó verdaderos cohetes hacia el home plate que alcanzaron hasta las 73 millas por hora.
La velocidad supersónica de Vargas fue un obstáculo infranqueable para los bates granmenses, incapaces de hacer contacto a esas centellas.
El cuarto capítulo significó el inicio del fin para los cubanitos, pues Ortega perdió la brújula de sus envíos y otorgó dos boletos en situación extrema, uno de ellos con la casa llena.
El relevista Edgar Torres permitió un elevado de sacrificio de Iker Sánchez que estiró a tres la diferencia.
Pero una vez más los infantes de la isla demostraron el ADN guerrero que corre por sus venas, pues en el capítulo del adiós pisaron dos veces la registradora.
Un cuadrangular de Luis Aparicio con un compañero en circulación dieron una esperanza mínima a Cuba, que finalmente no pudo igualar y terminó abdicando.
Cuba se despide de la Serie Mundial de Pequeñas Ligas
De esta forma terminó el sueño para los bayameses, después de un histórico debut de un equipo de la Mayor de las Antillas en la Serie Mundial de las Pequeñas Ligas.
El talento que alberga Cuba en categorías inferiores es un hecho más que conocido, con decenas de peloteritos que dejan su huella en el deporte nacional. Los oriundos de Bayamo son el ejemplo más reciente de este axioma.