SE LLENÓ EL LATINO: Duelo Industriales-Santiago logró RÉCORD en medio de carencias

El estadio «Latinoamericano» de La Habana recibió este viernes, 28 de julio, el quinto juego del playoff semifinal entre Industriales y Santiago de Cuba, duelo al que asistieron un total de 48139 aficionados, cifra que representó un récord para la temporada 62 del beisbol cubano. Box Score Desde que se conoció la presencia de los […]

El estadio «Latinoamericano» de La Habana recibió este viernes, 28 de julio, el quinto juego del playoff semifinal entre Industriales y Santiago de Cuba, duelo al que asistieron un total de 48139 aficionados, cifra que representó un récord para la temporada 62 del beisbol cubano.

Desde que se conoció la presencia de los capitalinos e indómitos como protagonistas de una de las dos semfinales se podían pronosticar dos posibles situaciones: El pareo se definiría en mínimo seis juegos y sus aficiones colmarían dos de los estadios con más historia en el pasatiempo nacional: «El Coloso del Cerro» y el «Guillermón Moncada».

Los Leones llegaron al quinto enfrentamiento con la posibilidad de certificar su boleto a la gran final del campeonato. Ante tal posibilidad, su afición respondió y colmó el recinto, junto a la abundante concentración de personas procedentes de Oriente que habitan en la capital.

En el primer juego de entre Avispas y felinos llegaron hasta el céntrico estadio 43628 fieles de ambos elencos, mientras en el segundo partido se dieron cita 38894, poco menos 10 mil personas más se presentaron este viernes en el terreno para ser testigos del conocido «Clásico del Beisbol Cubano».

Durante los años que llevo asistiendo al mencionado Latinoamericano recuerdo pocas concurrencias como la de este 28 de julio. Rápidamente pienso en el famoso juego entre Industriales y Sancti Spíritus, choque en el que Rudy Reyes conectó jonrón con bases llenas ante el diestro yayabero Ismel Jiménez.

Industriales y su fiel afición en el Latino

También, se asemeja la jornada del retiro de Carlos Tabares y el posterior desafío frente a Las Tunas o los duelos ante Camaguey en la Serie 59 (desde aquel entonces no se jugaba un playoff de noche en La Habana.). Seguramente, usted si supera los 30 años de edad recordará más juegos, como aquellas postemporadas con Rey Vicente Anglada en la dirección Azul.

Finalmente, los jugadores habaneros perdieron 7×4 y no lograron regalarle el triunfo a su público y, por consiguiente, la celebración por el pase a la última instancia, la cual deberán luchar desde el próximo lunes en tierras santiagueras.

Una vez más se demostró que el deporte de las bolas y los strikes todavía «respira» en Cuba. A pesar de sus muchas carencias; de la mala calidad de las pelotas, las malas condiciones de las instalaciones deportivas, los problemas logísticos, las deficiencias técnicas de los atletas, entre otras innumerables, los aficionados siguen sintiéndose identificados con los elencos de sus provincias.

Todavía se habla de beisbol; se debate, se discute y hasta dolores de cabeza causan un turno fallido a la hora buena o un error costoso a la defensa.

Los aficionados van al estadio sin importarles que las gradas estén sucias, que las ofertas gastronómicas continúen sin ser las mejores. Las personas van a divertirse, porque el beisbol en Cuba es más que en un deporte, es una fiesta y así lo sienten los cubanos, que todavía entienden de historia, raíces y sentimientos por los que elevaron nuestro prestigio competitivo en cualquier latitud del planeta.

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