Los problemas y las constantes polémicas aparecieron más de una vez en la 63 Serie Nacional del Beisbol cubano. Uno de los puntos neurálgicos de la competición ha sido el trabajo arbitral, con equivocaciones que despertaron la furia de los aficionados en incontables ocasiones. La jornada del domingo 28 de abril vivió otro hecho de esta índole, pero esta vez el asunto tomó gigantescas proporciones.
La labor de los jueces fue puesta en tela de juicio anteriormente en este mismo evento, e incluso se formó un enfrentamiento directo entre un aficionado y varios árbitros, lo que concluyó en un intercambio entre los implicados. Para colmo, César Valdés, máximo responsable del arbitraje en el beisbol cubano, confesó recientemente que están conscientes del bajo nivel de los imparciales.
Sin embargo, la ola de los acontecimientos siguió creciendo y en la fecha dominical se evidenció un nuevo escándalo. Esta vez se llegó a las acciones físicas, lo que estuvo a punto de convertirse en una pelea con lamentables consecuencias.
El estadio 5 de septiembre de la provincia de Cienfuegos fue la sede de lo que aconteció. El choque entre el equipo sede y el de los Toros de Camagüey fue testigo de un desborde de emociones.
La porfía se desarrolló tan pareja que incluso tuvo que extenderse a entradas extras, después de un empate a cinco carreras tras nueve capítulos. El elenco de Cienfuegos marcó una anotación en la parte alta del décimo inning, pero la debacle se multiplicó en el final de ese episodio.
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Nueva reyerta en el beisbol cubano
Emilio Torres tocó la bola y se sacrificó para adelantar a los dos atletas agramontinos en bases gracias a la regla de desempate. El turno le correspondió a Michael Thompson, quien aprovechó un envío del relevista Samuel Calderón y produjo un imparable al jardín central. Pero, el defensor de esa posición no perdió tiempo y lanzó rápidamente hacia el home plate. Pareció que el corredor que decretaba el triunfo para Camagüey iba a ser declarado out. No obstante, el árbitro Yovani Simón Martínez provocó un infierno con su actuación.
El umpire dictaminó la decisión de quieto y ese fue el inicio de las confrontaciones. Los directivos de la novena cienfueguera salieron a exigir al juez, reclamando que su decisión estaba errada. La acción fue respaldada por los jugadores occidentales y ya no hubo marcha atrás. Muchos creyeron que la jugada en la goma había sido un claro out.
Los asistentes al estadio 5 de septiembre presenciaron el revuelo que se apoderó del recinto. Los empujones y los golpes invadieron los minutos. Al final, el asunto se zanjó debido a la actuación de muchos otros atletas que decidieron aplacar la situación.
Un nuevo escándalo tuvo lugar en un terreno de Cuba. Los árbitros vuelven a tener la lupa puesta sobre la faena que realizan. Los hechos se suceden uno tras otro, sin que se vea una solución en el horizonte.
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