El potente lanzador y muy probablemente dueño del Olimpo de relevistas cubanos en la historia de MLB, Aroldis Chapman, disfrutó de una Navidad inolvidable. No solamente constó del espíritu navideño y la época de unión familiar, sino por la tranquilidad de haber reencontrado su mejor versión desde el montículo. El pitcher coronó un año sensacional en los diamantes y lo está cerrando por todo lo alto.
Bien es sabido el camino de Aroldis en MLB. Sus 100mph y actuaciones estelares quedaron dando cara luego de su paso accidentado por New York Yankees. Sin embargo, una condición de Chapman enalteció e hizo crecer su legado. En medio de su paso incierto, logró resurgir como el Fénix en Kansas y eso le abrió paso hasta Texas para posteriormente convertirse en Campeón Mundial por segunda vez.
Su estadía por Texas Rangers lo convirtió nuevamente en un relevista efectivo. Sus millas aumentaron y se revalorizó en el mercado de Grandes Ligas.
Sin embargo, más allá de ser Agente Libre y poseer un futuro abierto, las relaciones con su antigua casa (Texas Rangers) le rememoraron su éxito durante la nochebuena.
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Regalo convirtió en «Cowboy» a Aroldis Chapman
La noche de navidad de Aroldis Chapman transcurrió de forma prospera. Pero la tarde siguiente recibió una sorpresa mientras abría otros regalos en la sala de su hogar.
El cubano recibió una gran caja envuelta entre colores rojo y negro. Chapman no dejó pasar el tiempo y emprendió a revelar su obsequio.
Aroldis abrió y encontró un sombrero blanco de marca Resistol al muy estilo tejano. El mismo pertenece a la colección Double Barrel Ace 50x, valorado en casi $300.
El presente fue enviado por amigos de la familia. Específicamente el creador de contenido, «El Guajiro Barbudo» y familia, fueron quienes sorprendieron al cubano con el sombrero estilo vaquero.