SWING CALIENTE Lázaro Vargas: ¿Por qué Pacheco no puede estar en el Salón de la Fama? (VERSIÓN ESCRITA)

Kiara Gonzalez

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Por Yasel Porto    La pregunta que se hace el estelar ex tercera base habanero Lázaro Vargas tiene una respuesta clara y conocida: Antonio Pacheco, Capitán de Capitanes tuvo una emigración imperdonable para los directivos cubanos, especialmente para quien se convirtió en su peor enemigo dentro de la Isla: Higinio Vélez.    En entrevista exclusiva…

Por Yasel Porto

   La pregunta que se hace el estelar ex tercera base habanero Lázaro Vargas tiene una respuesta clara y conocida: Antonio Pacheco, Capitán de Capitanes tuvo una emigración imperdonable para los directivos cubanos, especialmente para quien se convirtió en su peor enemigo dentro de la Isla: Higinio Vélez.

   En entrevista exclusiva que presentamos en el episodio 7 de la Sección Swing Caliente de nuestro Canal de Youtube, el mítico número 20 de los Industriales profundizó en el tema del Salón de la Fama del béisbol cubano, frustrado en dos ocasiones por causas como la inminente elección de expeloteros que no residen actualmente en Cuba, sobre todo aquellos que emigraron de forma ilegal o abandonaron una delegación o misión.

   Éste fue el argumento esgrimido hasta el cansancio por Higinio en los dos momentos que fue suspendido el proyecto para justiciar el veto de las autoridades deportivas cubanas a Pacheco, a quien el funcionario dirigió por más de una década en el equipo de Santiago de Cuba.

   «Hubiera sido bonito que esa idea se hubiera fomentado, que no se hubiera quedado donde se quedó. Y más por la causa que fue», dijo Vargas, quien actualmente reside en Miami con su familia.

   La primera vez que fue alertada la negativa sobre Pacheco fue en 2015 cuando llegó el momento de la segunda elección (en 2014 el mayor número consideró a Linares, Kindelán, Casanova, Vinent y Muñoz con más méritos). Siempre se habló por parte de los directivos cubanos, tanto el Presidente de la FCB como el entonces Comisionado Nacional Heriberto Suárez, que Pacheco estaba en una categoría diferente a otros que emigraron legalmente como el propio Vargas, Lourdes Gurriel, Víctor Mesa, Enrique Díaz o Agustín Marquetti.

   «El caso de Pacheco me parece injusto. Yo no tendría palabras para decir lo que han hecho con él. Un hombre que entregó su vida y su juventud entera a la pelota cubana. Un hombre que siempre estuvo alejado de su familia y que puso el nombre de Cuba en lo más alto. Sin embargo, porque decidió vivir en otro lugar digan que no puede estar en el Salón de la Fama…», sentenció quien jugara con el recio bateador oriental desde 1982 cuando ambos integraron el equipo nacional categoría juvenil.

   Pero la esencia del problema no está en haberse ido sino en la manera. Según explicó Higinio, Pacheco decidió quedarse en Canadá en el año 2014 después de terminar su misión por la empresa cubana Cubadeportes. Desde la Isla se le notificó que debía regresar a liquidar su contrato y que después podía tomar la decisión que quisiera. Pacheco dio las razones personales (sentimentales específicamente) que le impedían volver de inmediato, y fin de la historia, cruzó la frontera y se radicó en Tampa acogiéndose a la Ley de Ajuste Cubano. Es válido aclarar que sin hacer ningún tipo de declaración política como quisieron endosarle sus opositores en Cuba.

   Esa misma versión fue contada por el mismo federativo en 2018, secundado por el entonces Director Nacional de Béisbol Yovani Aragón al ver a Pacheco en las pre-candidaturas de forma unánime. Si en 2015 algunos había dudado, esta vez el apoyo a esa condición dentro de los miembros del Comité de Selección fue totalmente nulo. Fue entonces que a tres días de la celebración del Coloquio para la oficialización de los nuevos miembros luego de cuatro años de inactividad, se nos comunicó el aplazamiento temporal del proyecto. Y ya vamos por 20 meses.

   Créanme que este es uno de los temas de los que puedo hablar con propiedad por mi presencia protagónica dentro del proyecto, aunque por razones éticas me abstengo a ventilar determinadas discusiones y frases manejadas por los opositores y por los que defendimos a capa y espada la presencia de aquellos que decidieron irse de Cuba. En ese sentido me siento totalmente satisfecho de haber dicho lo que se tenía que decir.

  Si bien los tiempos han cambiado, y la más reciente decisión de dejar jugar a peloteros emigrados así lo respalda, no parece cercano que el proyecto del Salón de la Fama vuelva y menos con todos los que deportivamente se ganaron estar. Primero, porque sigue existiendo una negativa perpetua a todos los que dejaron un equipo, misión o delegación; y segundo, porque si existiera un tercer intento de revivir esta idea ya no estarán muchos de los que han defendido la inclusión de figuras como Pacheco, Osvaldo, Ordóñez, Arrojo y Arocha y en un futuro más lejano a Chapman, Yulieski y otros.

   Hay jugadores, sin embargo, que también se fueron, que jugaron como profesionales en Estados Unidos y hoy están jugando en Cuba. Aclaro que yo estoy muy de acuerdo con eso, pero entonces se debe ser parejo. Y se cuestiona Vargas seguidamente el por qué Pacheco no puede ser parte de la “inmortalidad”.

   Pacheco fue miembro de la selección nacional entre 1984 y 2001, dejando acumulados que lo ubican como el segunda base más integral de las campeonatos cubanos y a nivel internacional, así como uno de los más sobresalientes más allá de su posición.

   «No voy a estar de acuerdo jamás porque se olvidaron de toda la historia que escribió ese grande del béisbol cubano», ratifica Vargas quien también cuestionó la situación de los que han decidido vivir fuera de Cuba si en un futuro se retoma esta iniciativa.

   «Para mí sería lo máximo y me sentiría muy orgulloso que se reconozca mi labor durante tantos años, a lo que soñaste y a lo que entregaste. Por lo que si un día estoy en el Salón de la Fama, para mí sería un orgullo», finalizó el controvertido ex jugador de Industriales, quien a pesar del criterio negativo de algunos es uno de los que un día debe estar entre los elegidos.

   El Salón de la Fama es necesario, no solo porque perpetúa la historia, sino porque garantiza un futuro, por inculcar respeto y amor en las nuevas generaciones hacia esos que contribuyeron a convertir la pelota en algo más que un juego. Es un sueño de millones de cubano, como dije, necesario, pero a su vez con todo lo que lleva porque para hacerlo a medias mejor lo mantenemos en ese letargo incierto en el que está desde hace mucho.

   Si un día se abren las puertas solo quedarían fuera esos que sí le han hecho y aún le hacen daño al béisbol cubano, y en el que no se incluyen ni Pacheco ni ninguno de los que un día decidieron vivir o jugar en otra parte. Tampoco habrá negativa por parte de este periodista quien siempre estará dispuesto a ayudar mientras los prejuicios y los caprichos no medien en el proceso de exaltación a la inmortalidad destinada solo a los que dentro de un terreno ha escrito nuestra maravillosa historia beisbolera.

   Vea el episodio 7 de Swing Caliente en el siguiente enlace, suscríbase a nuestro canal de YouTube y active las notificaciones para próximo estrenos. Déjenos sus mensajes en las diferentes plataformas de SwingCompleto.

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