Por Juan Páez
En 55 años el béisbol de las Grandes Ligas ha cambiado una enormidad. Desde el punto de vista geográfico, no concentraba la vasta presencia multicultural que muestra ahora. Ni República Dominicana, ni Venezuela todavía exportaban figuras en masa y Cuba, con poco menos de 30 peloteros por temporada, era lo más cercano a eso. Pero entonces emergió un cubano en una época dominada por los norteamericanos: Tony Oliva.
Este año se celebra un nuevo aniversario, el 55, de aquel premio histórico que recibiera la mencionada leyenda: el Novato del Año. Fue un acontecimiento digno de ser entonces el tercer latino en ganar tal distinción, después de Luis Aparicio (Venezuela) y Orlando “Peruchín” Cepeda (Puerto Rico).
Oliva se coronó tras una imponente campaña. Coleccionó 43 dobles, nueve triples, 32 jonrones, 94 impulsadas, 109 anotadas, ganó el título de bateo con un promedio de .323 y registró los 217 imparables que ningún compatriota ha podido igualar o superar.
Gracias a esas estadísticas, fue al Juego de Estrellas, casi salió como el ganador unánime del Rookie of the Year (le faltó un voto, obtenido por Wally Bunker) y quedó cuarto en la votación para el Jugador Más Valioso de la Liga Americana, por detrás de Brooks Robinson, Mickey Mantle y Elston Howard.
Para aquel 1964, solo Willie McCovey había ganado tal nombramiento con un mejor average (.354, en 1959). Hasta ahora, no ha habido un novato que termine una zafra con 210 indiscutibles, 40 biangulares, 30 vuelacercas y .320 de promedio en la historia de la Gran Carpa. El único es Oliva.
Lo que siguió para el nacido en Pinar del Río fue años de éxitos con los Mellizos de Minnesota. La dupla que formó en ese equipo con su coterráneo Zoilo Versalles era una de las más peligrosas de las Mayores. De hecho, en 1965 Versalles se convirtió en el primer MVP latinoamericano. Los sufragios terminaron con Oliva escoltando a su compatriota, en el segundo lugar.
Celebración en grande
¿Qué mejor para la armada histórica cubana que celebrar el aniversario redondo de la distinción de Oliva con otro ganador del mismo galardón? Yordan Álvarez podría estar a las puertas de hacerlo.
El slugger de los Astros de Houston, que ahora mismo exhibe su poderío en la postemporada de las Grandes Ligas, está muy cerca de llevarse el premio a casa. Tan a las manos parece estar el nombramiento como simplemente esperar el 11 de noviembre, cuando gritarán los apellidos de los afortunados en MLB Network.
Álvarez sin un rival tan contundente en el joven circuito, no disputó toda la campaña, a diferencia de la leyenda de Minnesota. Solo necesitó 87 compromisos para soltar 98 hits, 26 dobles, 27 jonrones, fabricar 78 carreras, anotar 58 y dejar un OPS de 1.067.
De conseguirlo, el oriundo de Las Tunas le hará un guiño a Oliva como tributo. Si lo logra, será el quinto cubano en hacerse con el premio, algo que también alcanzaron José Canseco (1986), José Fernández (2013) y José Abreu (2014).