Por Yasel Porto
Uno de los árbitros más trascendentales que ha tenido la pelota cubana, y que para muchos llegó a ser en un momento determinado el más destacado dentro de la Isla, falleció este viernes 9 de septiembre en la ciudad de Miami.
Se trata de Iván Davis, quien murió a los 82 años de edad (nació en el año 1940 según las referenciales oficiales) por afectaciones de una fuerte diabetes que lo estaba aquejando desde hace varios años. Así nos lo hizo saber Juan Rodríguez Tabares su compañero de trabajo por varios años y amigo en el plano personal.
Antes de llegar al arbitraje había mostrado sus dotes como lanzador, al extremo de ser contratado por los Rojos de Cincinnati después de haber integrado el equipo nacional al Mundial de la categoría juvenil.
Lanzó en Ligas Menores de Estados Unidos entre 1959 y 1961, y después regresó a la Isla cuando se rompieron las relaciones entre Cuba y la MLB. La erradicación del deporte profesional en la Isla lo privó de seguir jugando pelota, por lo que se mantuvo ligado al juego como entrenador en un inicio.
Luego se convirtió en uno de los árbitros más importantes en la historia del béisbol de Cuba, y por varios años muchos lo catalogaron el mejor de su era aún cuando había muchos de un nivel considerable. Era la etapa, entre otros, de Alfredo Paz, Orlando Valdés, Manuel «El Chino» Hernández, Mario Cossío y Felipe Casañas, entre varios más.
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Entre las décadas del setenta y ochenta Iván Davis demostró su clase como árbitro, combinando carácter con calidad de una forma extraordinaria.
Además de participar en múltiples eventos internacionales de primer nivel, actuó en parte de los juegos más trascendentales en el plano interno. Uno de los más notables fue el del 19 de enero de 1986 decidido por el espectacular jonrón de Agustín Marquetti en el estadio Latinoamericano en el que fungió como el árbitro principal.
Decidió emigrar hacia Estados Unidos y se radicó en la ciudad de Miami. Allí se le vio en muchos torneos populares de béisbol y softbol hasta que la salud se lo permitió.
La trascendencia de David por resultados y popularidad le ganaron un espacio protagónico, al extremo que sin un día vuelve a existir el Salón de la Fama de Cuba pocos dudarían de que él debe pertenecer al mismo como figuran otros elegidos en épocas precedentes como Kiko Magriñat o Amado Maestri.
Llegue a sus familiares y amigos el más sentido pésame de este periodista y del equipo de Swing Completo en general. Sin dudas es una fecha de luto para el béisbol cubano.