El pelotero antillano Vladimir Gutiérrez, regresó a Cuba de visita el pasado martes 27 de agosto, para compartir con sus seres queridos más cercanos. Tras su estadía, el natural de Mantua, provincia Pinar del Río, organizó un juego de beisbol a celebrarse con familiares y amigos. Lo hizo este 29 del mes antes mencionado en el horario de la mañana, participando como jugador ofensivo en el encuentro.

Quien conoce la trayectoria de Vladimir Gutiérrez sabe bien por cuántas cosas tuvo que pasar en su carrera deportiva, desde una salida de la isla dejando atrás a su entorno, hasta tener que enfrentar una dura lesión que lo llevó a ser intervenido con una Tommy John.

Recuperado de la operación, regresó a los entrenamientos y tras su firma con Miami Marlins, caminó nuevamente por un estadio en Grandes Ligas. En cambio, no sería por mucho tiempo, pues tras una discreta salida descendió nuevamente a triple A.

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Dentro de Ligas Menores formó parte de Milwaukee Brewers y de Boston Red Sox, siendo más tarde asignado al equipo Pericos de Puebla de la Liga Mexicana. Como ven, una carrera deportiva de constantes altas y bajas, la cual no niega su indiscutible talento. En cambio, la vida del pinareño va mucho más allá de una camiseta grandesligas.

Vladimir Gutiérrez, el sencillo joven de Santa María

Tras su retorno de visita a la isla, Vladimir Gutiérrez aprovechó para unirse a sus familiares y amigos, los cuales en gran medida residen en un pequeño poblado del municipio Mantua. Conocido por Santa María, el pueblo natal de Vladimir Gutiérrez está próximo a la playa, la cual no excede los cuatro kilómetros de distancia desde la comunidad.

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En ese sitio de reducido número de habitantes residen “Los Gutiérrez”, un apellido de mucha tradición beisbolera. Con un grupo de ellos y otros amigos de la adolescencia y juventud, Vladimir Gutiérrez compartió en un bonito juego de pelota, en el cual acudieron a ver un grupo considerable de personas.

Durante el partido, Vladimir fue el hombre proa de su equipo, siendo el primer hombre en ir al home plate por su condición de visitador. Después de una porfía ante el lanzador oponente, conectó línea por segunda base para entregar el primer out del inning. A su vez, no pudo continuar jugando, debido al fuerte impacto que sufrió en su mano derecha al realizar la conexión.

Después del encuentro, que concluyó en seis entradas, este escritor le pidió algunas fotos, las cuales brindó de muy buena voluntad. Un atleta caracterizado por una disciplina y seriedad férreas, pero con un carisma y humildad muy altos.