La modalidad de la lucha grecorromana fue extremadamente seguida por el público cubano en la jornada del 5 de agosto en los Juegos Olímpicos de París 2024. El pinareño Mijaín López y el chileno Yasmani Acosta fueron figuras mediáticas en la contienda. Mijaín salió en busca de su quinta corona en estas instancias, pero Acosta no fue menos y estuvo presente en la batalla por las medallas en la división de 130 kilogramos.

El nacido en Matanzas representó a Chile en la máxima competición de naciones y su objetivo no era otro que intentar acceder al podio. Atendiendo a esto, el primer cruce de Yasmani Acosta en la cita estival lo enfrentó ante el búlgaro Kiril Milenov Milov.

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La porfía se vislumbró compleja antes de dar comienzo, pues Milov es uno de los más sólidos atletas de la categoría. El búlgaro obtuvo dos medallas de plata en los Mundiales que se celebraron en las temporadas correspondientes a los años 2018 y 2022, lo que significó una carta de presentación de respeto.

Yasmani Acosta, por su parte, posee una presea de bronce en la justa universal del año 2017 como la máxima cumbre conquistada. Por lo tanto, el duelo significó un enfrentamiento de alta tensión.

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Yasmani Acosta convenció en París

El cotejo del campeón panamericano comenzó con una amonestación por pasividad para el natal de Cuba, pero el nacionalizado chileno no se apresuró y trazó un plan táctico arriesgado, que lo llevó por un sendero tenso.

La estrategia de Yasmani Acosta dio resultados y Milov recibió una amonestación por el mismo motivo, lo que empató el combate a un punto por bando, pero le otorgó la ventaja por ser el último en lograr la unidad. De esta manera, el reloj consumió su tiempo y la victoria correspondió a Acosta.

Este éxito le posibilitó al gladiador su pasaje a los cuartos de finales, en donde tuvo como contrario al egipcio Mohamed Abdellatif. Una vez más, la táctica tuvo su papel preponderante y Yasmani Acosta siguió una exacta planificación.

Como en la etapa anterior, el luchador permitió que su rival tomara la delantera con un punto por un señalamiento por mostrar una actitud poco activa. Sin embargo, una vez más, Acosta salió en el segundo período con un proceder distinto, lo que posibilitó una sanción por pasividad a su oponente. El empate se hizo presente en el marcador.

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Pase a semifinales

Sin embargo, la decisión llegó en los segundos finales, cuando el egipcio reclamó una falta técnica de Yasmani Acosta. Los encargados de impartir justicia revisaron, pero la petición no procedió. Esto fue el impulso final para el chileno, ya que el punto que logró por esta vía fue decisivo.

El instante resultó de gloria para Yasmani Acosta, quien debe enfrentar al chino Lingzhe Meng en la etapa semifinal. Por lo tanto, la posibilidad de un choque entre cubanos por la medalla de oro es una posibilidad latente.

Yasmani continuó con su paso hacia el trono y demostró que los Juegos Olímpicos de París pueden ser una plaza dorada en su trayectoria en los colchones.