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A pesar de ser una figura relevante en las selecciones pinareñas y el Equipo Cuba, José Ariel Contreras vivió la mar de vicisitudes con el tema de la vivienda y hasta debió sufrir la humillación de que le otorgaran una casa prácticamente inhabitable.
Según contó el ‘52’ en ‘El Show de Swing Completo’, estuvo varios años solicitando una casa en Pinar sin recibir respuesta positiva, lo cual determinó que por un tiempo tuviera que residir en un albergue del municipio Sandino.
Sin embargo, un Viceministro de la Construcción supo de su situación y le prometió una de aquellas casas prefabricadas que llegaban procedentes de Venezuela, contentivas de tres habitaciones, televisor, refrigerador y juego de cuarto.
Jorge Fuentes no quería perder a José Ariel Contreras
Dicha vivienda iba a estar en Sandino, cosa que no era del agrado del director del equipo provincial, Jorge Fuentes. Así que en aras de no perder los servicios de Contreras, el manager hizo gestiones para que al derecho le concedieran una residencia en el municipio cabecera.
“En una de esas me llamaron para decirme que fuera para Pinar, que ya tenía mi casa allá”, narró Contreras. “Yo a esa hora ni quería que me dieran la casa en Pinar, sino la que tenía con televisor y todos los hierros en Sandino. Guajiro al fin, yo no quería salir de allá”.
Pero los Vegueros necesitaban a uno de sus grandes líderes y el estelar del Equipo Cuba aceptó la propuesta.
“En Pinar había tres casas. ‘¿Viste que sí habían casas?’, dije yo. ‘¿Cuántas veces me dijeron que no era posible?’. La cosa es que había una en Montequín, que era de gente que se iba del país; otra en Delicias, que pertenecía a la suegra de Juan Carlos Oliva; y otra más”.
A la postre, a Contreras le dieron la llave de la casa en la localidad de Delicias, y al presentarse en el lugar su decepción no pudo ser mayor.
La sorpresa de José Ariel Contreras
“Resulta que cuando llegué a la casa no había taza de baño y las losas las habían arrancado de la pared. ‘Esta casa está desbaratada’, dije, y me respondieron que hacían falta 15 días para acomodarla. Mientras tanto me mudaron para el Motel Deportivo de Pinar del Rio. Dejé Sandino y me fui a vivir allí. Casualmente, yo ocupaba una planta baja y Lazo estaba en la parte de arriba”.
Las cosas en el Motel fueron difíciles. “Allá ponían al equipo de Pinar y al visitador también. A veces los jugadores estaban en ropa interior en los balcones y yo con mis hijas ahí. Pasaron 15 días y hasta un año y nada, nunca me dieron nada”.
A la postre, la casa de Pinar terminó acogiendo a Luis Giraldo Casanova, quien también se hizo con el carro de José Ariel Contreras.
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Michel Contreras González
Periodista deportivo con treinta años de carrera. Graduado de Comunicación Social en la Universidad de La Habana, ejerció el periodismo en medios como Juventud Rebelde, Bohemia y Cubadebate antes de adherirse a la llamada prensa independiente, para la cual ha sido colaborador de la página deportiva en Oncuba, Cibercuba y Cubanet. Artículos suyos han aparecido en varias publicaciones extranjeras de habla hispana. Obtuvo numerosos premios en concursos de carácter provincial y nacional. Tiene publicados los volúmenes “Dioses Paralelos” (Ediciones Loynaz) y “Vuelos de Gavilán” (Unos y Otros Ediciones). Apegado fundamentalmente a la crónica, el comentario y la entrevista, la mayoría de sus textos versan sobre béisbol, fútbol y ajedrez, sin desdeñar el boxeo y el atletismo.