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El pinareño Pedro Luis Lazo no solamente es una leyenda viva del beisbol cubano, sino que además constituye uno de los jugadores más abiertos a acercarse a los medios y contar episodios de su paso por las Series Nacionales y el Equipo Cuba.
Así, en una ocasión le explicó a Swing Completo el origen de los dos sobrenombres que a menudo le endilgan en la prensa nacional.
“Lo de ‘Rascacielos’ fue idea del narrador Roberto Pacheco, que un día me llamó de ese modo y ya se quedó para siempre”, reveló. “Y lo de ‘Jíbaro’ viene de la Eide cuando yo tenía ocho o nueve años, y había un amigo mío que jugaba balonmano, Iván Pita, el cual no pronunciaba la letra r”.
Pedro Luis Lazo también habló sobre la frase «mi perro»
De acuerdo con Pedro Luis Lazo, su amigo lo vio una mañana sentado solo en un banco de la escuela y le gritó “jíbago”, con g. “A partir de ahí -continuó el exlanzador- todo el mundo me empezó a decir ‘jíbaro’, y hasta hoy”.
En esa misma presencia en “El Show de Swing Completo”, el recordado número ‘99’ de Vegueros también confesó (en compañía de su amigo José Ariel Contreras) de dónde provenía el apelativo ‘mi perro’ con el que ambos estelares acostumbran a llamarse.
Resulta que todo se debió a un hábito del otrora pitcher holguinero Wilson López, quien en 1997, tras una derrota en la Copa Intercontinental, le soltó la expresión al entrenador Julio Romero, conocido por su notable seriedad.
Narrada a dúo por Pedro Luis Lazo y José Ariel Contreras, la historia continuó con el monumental berrinche de Romero, indignado por la inusual manera de referirse a él. “Mi perrito, yo no lo hice para molestarlo”, dijo López a seguidas, y la tángana del entrenador volvió a alcanzar niveles alarmantes.
Su rechazo a jugar en Grandes Ligas
Considerado por muchos el mejor lanzador que ha subido a las lomitas del béisbol cubano en los clásicos domésticos, Pedro Luis Lazo es (y será por un buen rato) el recordista insular en el departamento de victorias con un total de 257.
Sus condiciones para lanzar las serpentinas lo convirtieron en figura dentro de las selecciones de su provincia y el país, y fue dueño de una rara capacidad para brillar como abridor y relevista.
Según relató Pedro Luis Lazo años atrás, a mediados de los noventa Atlanta Braves le llegó a ofrecer “entre 30 y 35 millones de dólares por varias temporadas”, pero él declinó la propuesta “porque nunca tuve el sueño de jugar en Grandes Ligas ni nunca me pasó eso por la mente”.
Para bien o para mal, el derecho declinó aquella propuesta alegando que “11 millones de cubanos valen más que todo”.
Michel Contreras González
Periodista deportivo con treinta años de carrera. Graduado de Comunicación Social en la Universidad de La Habana, ejerció el periodismo en medios como Juventud Rebelde, Bohemia y Cubadebate antes de adherirse a la llamada prensa independiente, para la cual ha sido colaborador de la página deportiva en Oncuba, Cibercuba y Cubanet. Artículos suyos han aparecido en varias publicaciones extranjeras de habla hispana. Obtuvo numerosos premios en concursos de carácter provincial y nacional. Tiene publicados los volúmenes “Dioses Paralelos” (Ediciones Loynaz) y “Vuelos de Gavilán” (Unos y Otros Ediciones). Apegado fundamentalmente a la crónica, el comentario y la entrevista, la mayoría de sus textos versan sobre béisbol, fútbol y ajedrez, sin desdeñar el boxeo y el atletismo.