Cuba con pocos inmortales en Cooperstown ¿Salón de la Fama incompleto?

Jesús Pérez Vichot (Chuchi)

MLB

Rafael Palmeiro es uno de los siete jugadores que integran el club 3000 H-500 HR en MLB, pero no pertenece al Salón de la Fama de Cooperstown.

Salon de la Fama de Cooperstonw con banderas de Cuba

Cuba cuenta actualmente con seis jugadores, un comentarista y un propietario-ejecutivo en el Salón de la Fama de Cooperstown. Pero esta cifra pudo ser mayor si varios factores no lo hubiesen impedido.

El Comité Especial de las Ligas Negras seleccionó a los peloteros Martín Dihigo (inducido en 1977), Cristóbal Torriente (2006) y José de la Caridad Méndez (2006) al Salón de la Fama de Cooperstown. De igual manera, por su contribución al béisbol y ser considerado un ejecutivo pionero, Alex Pompez (de raíces cubanas, nacido en Estados Unidos) pertenece al recinto histórico desde 2006, mediante una elección especial.

El narrador y comentarista «Felo» Ramírez, forma parte del Salón de la Fama de Cooperstown desde 2001. Por su parte, el gran Tony Pérez fue elegido al museo sagrado en el año 2000 por la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA por sus siglas en inglés). Mientras que los legendarios Orestes «Minnie» Miñoso y Tony Oliva, se convirtieron en inmortales en 2021, mediante el Comité de Veteranos de La Era Dorada del Béisbol.

Luis Tiant debería pertenecer al Salón de la Fama de Cooperstown

El diestro Luis Tiant fue uno de los mejores lanzadores de las Grandes Ligas durante las décadas de 1960 y 1970. Sin embargo, cuando «El Tiante» llegó a la boleta de la BBWAA en 1988, recibió el 30.9% de los votos, muy distante del 75% necesario para ser elegido. Jamás pasaría del 17.2% en los siguientes 14 años. Además, en varias ocasiones ha estado en Comités de Veteranos, pero también se ha quedado corto. Varios de sus promedios de pitcheo son mejores que los registrados por algunos pitchers del Salón de la Fama de Cooperstown.

Se pudiera decir que Luis Tiant es uno de los grandes ausentes en el recinto histórico. Por ahora se le ha negado su entrada a la inmortalidad, pero no descartó la posibilidad de que se haga justicia en cualquier momento. Aunque no está físicamente ente nosotros, su legado fue tan inmenso que perdurará eternamente entre los aficionados cubanos al béisbol, donde quiera que estemos. De por vida en MLB tuvo marca de 229-172 con efectividad de 3.30 en 19 temporadas.

Adolfo Luque pudo ser el primer inmortal entre los peloteros cubanos en MLB

«Dolf» Luque es dueño de una de las más grandes temporadas registradas por un lanzador en la historia de las Grandes Ligas, cuando logró un récord de 27-8 y efectividad de 1.93 con Cincinnati Reds en 1923. Ese año lideró la MLB en varios departamentos de pitcheo. Lideró en par de ocasiones el promedio de carreras limpias y ganó dos anillos de Series Mundiales. De por vida, en 20 campañas, tuvo forja de 194-179 (3.24 de PCL). Desde 1967 pertenece al Salón de la Fama de la franquicia roja.

La primera vez que Luque apareció en las boletas del Salón de la Fama de Cooperstown fue en 1937 y aunque fue uno de los elegibles en nueve oportunidades, nunca superó el 5.6% de los votos. Al igual que Tiant, sus números totales le han pasado factura a la hora de votar. Pero fue uno de los pitchers más sobresalientes de su época y no sería para nada descabellado pensar que pueda pertenecer algún día al recinto histórico.

La desigualdad racial estuvo presente en el Salón de la Fama de Cooperstown

Durante muchos años, tener la piel oscura o ser latino, era sinónimo de discriminación en las Grandes Ligas y el museo sagrado no estuvo absento de esto. Poco a poco, nombres de jugadores afroamericanos y de otros nacidos fuera de los Estados Unidos, se tuvieron en cuenta y fueron incluidos en el museo sagrado del béisbol estadounidense. Sin embargo, muchos especialistas coinciden en que varios peloteros cubanos que se destacaron en las Ligas Negras, también merecen la inmortalidad. En ese caso, jugadores de la talla de Alejandro Oms o Silvio García, serían serios aspirantes a tal distinción.

La llegada al poder de Fidel Castro en 1959, limitó de una forma brusca la participación de peloteros cubanos en las Grandes Ligas. Antes de esa fecha, la isla era por mucho el país con la mayor cantidad de jugadores en el máximos nivel (a excepción de los locales). A pesar del significado déficit, Cuba sigue siendo la nación foránea con más exponentes en el Salón de la Fama de Cooperstown.

Un pelotero cubano que tampoco debería faltar en Cooperstown es Rafael Palmeiro. El inicialista y bateador zurdo es uno de siete jugadores en la historia de las Grandes Ligas que acumula al menos 3000 imparables y 500 jonrones. Sin embargo, su vínculo con el uso de sustancias prohibidas lo han privado de ser un inmortal del béisbol.

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