A PALO LIMPIO: Yasmani Grandal rinde frutos en Milwaukee

Daniel De Malas Andreu

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Por Juan Paez

Cuando los Cerveceros de Milwaukee firmaron a Yasmani Grandal, se hicieron con los servicios de un solvente receptor que no solo destaca por su defensiva, sino por lo que puede hacer con el madero. Por eso le pagaron poco más de 18 millones de dólares por solo una temporada. Pero para gracia de los lupulosos, el capitalino parece estar en medio de una campaña bastante particular en la que romperá sus marcas ofensivas más importantes.

En apenas 53 juegos disputados hasta finalizada la jornada del lunes de las Grandes Ligas, ya registra 12 cuadrangulares, 30 impulsadas, 30 bases por bolas, .277 de promedio al bate, .527 de porcentaje de slugging y un robusto OPS de .903.

Los cálculos indican que si Grandal mantiene el ritmo, impondrá nuevos topes en estacazos de vuelta completa (proyecta 32, su récord es 27), en empujadas (proyecta 81, su récord es 72), en boletos (proyecta 81, su récord también es 72) y hasta en imparables (proyecta 138, su récord es 108).

En la historia de las Mayores, solo ha habido tres máscaras con una zafra de al menos 30 vuelacercas, 80 remolcadas, 80 pasaportes y 135 indiscutibles: Rudy York (1938, con los Tigres de Detroit), Mike Piazza (1996, con los Dodgers de Los Ángeles) y Jorge Posada (2003, con los Yankees de Nueva York).

Caballo en su liga

Entre los nueve catchers con al menos 150 apariciones al plato en 2019 en la Liga Nacional, el antillano es segundo en jonrones, cuarto en producidas, segundo en inatrapables, primero en boletos y tercero en average. También es segundo en OBP (.376), en slugging y en OPS, además de que lidera el departamento de conexiones fuertes (47.8 por ciento) y el de WAR (victorias sobre el reemplazo, con 2.3).

Aparte de todas las mencionadas estadísticas, la temporada de Grandal tiene dos particularidades bastante extrañas o inusuales.

La primera es que, contrario al común denominador e incluso a lo que ha sido su trayectoria en el big show, Yasmani es casi nulo cuando juega en el Miller Park (casa de los Cerveceros). Allí apenas tiene seis extrabases en 96 apariciones y su promedio es de .205, con un OPS de .728.

Es más raro aun al advertir que ese estadio es donde se han visto más bombazos en 2019 en el viejo circuito (segundo en las Grandes Ligas) y el que alberga el cuarto OPS más alto (.767). Esos números contrastan ampliamente con los que muestra cuando juega como visitante.

Grandal en la carretera y en casa:

Split JJ VB R H 2B 3B HR CI BB SO AVE OBP SLG OPS
En casa 25 78 15 16 2 0 4 10 17 23 .205 .344 .385 .728
Visitante 28 106 13 35 4 2 8 20 13 26 .330 .402 .632 1.034

La segunda tiene que ver con cómo les batea a los lanzadores zurdos, quienes lo han dominado en casi toda su carrera hasta este año. Frente a ellos liga para .298, con cuatro vuelacercas y un OPS de .976.

El año pasado contra siniestros dejó una pobre línea de .206/.344/.383, con el porcentaje de embasado como único punto resaltante.

Su tórrida ofensiva se mantiene, aunque un poco diezmada en promedios, cuando se ve la cara con derechos, con una línea de .268/.367/.504, pero con ocho cuadrangulares y 21 fletadas.

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