Por Yasel Porto
Quiso el destino que mientras el huracán “Ida” atravesaba Pinar del Río, uno de sus deportistas más destacados y queridos por la gente falleció a consecuencia del mal que ha azotado al mundo en los últimos dos años.
Giraldo González Arango, torpedero cubano de élite Cuba dejó de existir este viernes en la principal ciudad de la más occidental de las provincias de la Isla después de luchar duramente contra este flagelo.
Sin ser un hombre tan mayor, apenas 63 años, (nació 29 de mayo en 1958 en Paso Real de San Diego, Los Palacios), aunque ya se sabe que este “bicho” no cree en edad, se convirtió así en el primer ex pelotero renombrado de las Series Nacionales que perdió su vida por esa situación. Ni siquiera el haber practicado deportes por largo período de tiempo y su voluntad por salir victorioso de esta situación según expresaron los propios médicos, evitó que ahora mismo millones de personas se lamenten del fatal desenlace.
Aunque solo participó en el equipo Cuba en 1982 (Centroamericanos) y 1987 (Copa Intercontinental y Juegos Panamericanos), las cualidades defensivas de Giraldo lo convirtieron en uno de los grandes paracortos y no solo de aquella etapa que le tocó jugar. Fue uno de los jugadores icónicos que conformó las selecciones de Vegueros (Serie Nacional) y Pinar del Rio (Selectiva) que practicaron arrasaron durante la década del ochenta.
La combinación con el intermedista Alfonso Urquiola fue otro de los aspectos imborrables de la trayectoria del legendario número dos vueltabajero, pues para muchos fue la mejor dupla SS-2B en los campeonatos cubanos hasta la irrupción de Germán Mesa-Juan Padilla.
Giraldo no fue un bateador reconocido, incluso en el temible lineup pinareño que incluía colosos de la talla de Linares, Casanova, Madera, Fernando o Urquiola, tanto él como Juan Castro eran los de menos responsabilidades con el bate. Su protagonismo defensivo era tan sobresaliente que lo demás era insignificante.
La primera de sus 15 temporadas fue en 1978-79 y después de dejar el juego activo dentro de la Isla entre 1996 y 1998 jugó en Colombia y El Salvador.
En la lid 2012-13 fue elegido para dirigir a la selección pinareña después de sus resultados meritorios en el béisbol juvenil, pero en la categoría superior no pudo emular con lo alcanzado en el escalón precedente. Tampoco le dieron mucho tiempo para resarcirse.
Una de las imágenes que más marcó a Giraldo fue aquel gesto de saludar a Agustín Marquetti mientras daba la vuelta al cuadro al decidir la antológica final de 1986. Fue la mejor muestra de la ética y valores personales que lo marcaron dentro y fuera del campo deportivo.
Otras figuras reconocidas de la pelota cubana que no han podido ganarle la batalla a este virus han sido el ex jugador de Grandes Ligas Julio Bécquer y los directivos Higinio Vélez y Ernesto Reinoso.