Por Alexander García Milián
Ya es mayo; sí lectores, el segundo mes de la temporada 2019 en las Grandes Ligas le va dando forma a un campeonato que como siempre nos mantiene en suspense hasta el final, hasta octubre.
Es mayo, truenan los bates en la MLB y si al verbo lo toca el béisbol, señores, no pueden faltar los cubanos; hoy, ahora, volvemos con Aledmys Díaz, el chico de Santa Clara, el chamaco que una vez pensó que el estadio Sandino era todo, pero luego llegó a al Bush Stadium y entonces comprendió que la vida empezaba.
Con Aledmys, las cosas van tomando forma al parecer, después de tener una buena temporada ofensiva con los Azulejos de Toronto, su canje a Houston sorprendió a muchos- ¿ Tendría chance el villaclareño?- comenzaron a preguntarse los aficionados.
Entonces sin pedir permiso, aprovechando cada oportunidad, desde los Spring Trainings empezó a marcar el terreno y el manager Hinch lo tuvo en cuenta para entrar al equipo grande.
Los nombres de Carlos Correa, Alex Bregman y José Altuve, sonaron muy alto, bueno, suenan más alto que el de Aledmys, pero el criollo, sin complejos ha ido haciendo el trabajo y cuando nadie confiaba en que podría suplir a un pelotero curtido como Marwin Gonzalez, ahí está dando palo a la hora buena; con un promedio bajo, 228, pero ya con 2 jonrones y más de 10 impulsadas, en 19 partidos.
Sí miran a los Astros de Houston y buscan la huella cubana, los focos irán hacia el Yuli y lo tiene bien merecido pero muchos peloteros que han sido figuras, estrellas consagradas al terminar su carrera, muchos de ellos han comenzado así, en las sombras, sin hace mucha bulla…
Llegando a este punto, cabe acotar que ya Aledmys demostró el año anterior que puede pegarse a los 20 jonrones e impulsar más de 60 carreras; una marca de respeto esta para cualquier liga.
La juventud la tiene, el talento también, la oportunidad es de oro; los Astros van al frente de su división y son fuertes candidatos a contender el título otra vez… Quizás sea este el año de despunte total para Aledmys, la plataforma, el contexto no puede ser mejor.
A lo mejor puede robarse el show y darle banca a uno de los consagrados, este mundo es así; solo se ha de estar preparado para aprovechar la primera oportunidad… ahí puede estar la diferencia.
Nos vemos a la vuelta.