ANÁLISIS: ¿Vimos jugar a Yoenis Céspedes su último partido en MLB?

Por Juan Páez

Yoenis Céspedes terminó la noche del sábado 1 de agosto con una actuación de 4-0, con dos ponches, en la derrota de los Mets de Nueva York 7-1 frente a los Bravos de Atlanta. A sus 34 años de edad, era apenas su octavo juego en la temporada 2020 de las Grandes Ligas, luego de no ver acción desde julio de 2018 a causa de problemas físicos. Ese fue el último día que el equipo neoyorquino vio al toletero cubano, quien tenía en planes tener un temporadón este año para conseguir otro contrato antes de la próxima campaña.

Al día siguiente, el domingo, la Potencia no apareció en el estadio. Su club volvió a caer ante los Bravos, ahora sin la presencia del antillano. Horas después, su agente le informó al conjunto de la Gran Manzana que, por protección ante el COVID-19, el isleño no disputaría el resto de la campaña. Ahí, de la manera incorrecta, terminó el jugoso contrato que firmó Céspedes con los Mets, sin poder demostrar si, ahora a los 35 años y con mucha inactividad reciente en los terrenos de las Mayores, puede aún rendir ante el pitcheo de más alto nivel.

¿Habrá sido el del 1 de agosto la despedida de Céspedes de las Grandes Ligas? Es imposible saberlo a estas alturas, pero lo que sí se sabe con seguridad es que no está en una buena posición.

Con todo lo brillante que hizo en el pasado, y además de estar en buena forma física, Yoenis no está en el lugar de exigir nada, ni de recibir un cheque en blanco para llenarlo con cifras a su antojo. No cumplió con los procesos adecuados, no dio la cara frente a los Mets y su reciente historial, además de su edad, deja más dudas que certezas.

Sí, hay que reconocerlo. Céspedes no está totalmente acabado. En ocho juegos (31 turnos legales con el madero), dio un doblete, dos jonrones y remolcó cuatro carreras. Pero también es cierto que se ponchó en 15 ocasiones. En pocas palabras, fue retirado por la vía del tercer strike un turno sí y al siguiente no o, también, casi dos abanicados en promedio por encuentro. Es una barbaridad para un hombre que, aunque en varias zafras acumuló más de 100 chocolates, nunca fue un Adam Dunn cubano.

Ocho compromisos no son suficientes para probarse ante el más exigente pitcheo luego de solo totalizar 127 duelos de 546 posibles (23 %) entre 2017 y 2020. Mucho menos cuando esta vez se vio a un Yoenis más ponchón, más errático en el plato y con una velocidad de salida (86 millas por hora) notablemente inferior a lo que nos acostumbró e incluso por debajo del promedio de las Grandes Ligas (88.3 MPH).

La Potencia tiene el portento físico como para, aún a las 35 primaveras, dejar atrás las lesiones y darle un vuelco a su carrera como bateador designado. Por eso, y por lo que demostró antes, no sería descabellado pensar que un club de mitad de tabla para abajo, sin nada que perder, pueda darle un contrato de un año al cubano.

Sería un pacto de muy poco dinero (incluso no hay que descartar un acuerdo de Ligas Menores con incentivos e invitación al campo de entrenamiento) y que represente una posibilidad de ganar-ganar, pues una sólida cosecha de Céspedes en 2021 no solo realzaría su andar para mantenerse en el big show, sino que le permitiría a su club cambiarlo a un contendor a cambio de prospectos.

Ojalá que el slugger, quien tendrá que probarse en la temporada muerta, reciba una nueva oportunidad para tratar de volver a ser lo que un día fue en la caja de bateadores: una amenaza capaz de hacerlo todo en el plato.

Estadísticas de Yoenis Céspedes en el 2020: