Anglada: «Estabamos al nivel de Canadá…el que no podiamos perder era ante Colombia»

Por Norland Rosendo En un resultado que no sorprende por muy duro que sea, después de los últimos batacazos internacionales y de lo visto en la pretemporada, el equipo Cuba de béisbol volvió a caer este martes, ante Canadá, por 6-8, y se despidió de las medallas en un torneo calificado como discreto en los […]

Por Norland Rosendo

En un resultado que no sorprende por muy duro que sea, después de los últimos batacazos internacionales y de lo visto en la pretemporada, el equipo Cuba de béisbol volvió a caer este martes, ante Canadá, por 6-8, y se despidió de las medallas en un torneo calificado como discreto en los Juegos Panamericanos.

El fracaso del lunes a manos de Colombia (1-6) obligaba a los muchachos de Rey Vicente Anglada a una victoria por lo menos para conservar opciones de avanzar a la superronda, pero esas esperanzas se esfumaron en una noche que se iba enfriando en la medida que caminaba el juego y los cubanos no podían reaccionar en la segunda mitad del choque.

Dos verdugos tuvo la selección norteña —bicampeona y con una armada que les permite aspirar a su tercer título seguido—, el cuarto bate, Andrew Panas, quien castigó brutalmente al abridor Yoanni Yera, y el hombre que lo cubre en el line up, Jordan Michel Lennerton, capaz de empujar tres carreras sin pegar un hit.

Panas sonó un palazo de vuelta entera en su primera comparecencia al home plate con dos hombres en los senderos, con lo cual su equipo dejó muy claro que iban por una victoria que los asegurara automáticamente en la segunda fase y además enviaría muy rápido a Cuba a casa.

Yera enderezó un poco el rumbo, pero en el quinto capítulo explotó ruidosamente tras permitir tres cohetes uno detrás del otro para congestionar las bases y tampoco pudo desquitarse de Panas, quien le ligó el tercer imparable del juego para empujar dos carreras más.

Se suponía que el zurdo matancero no le lanzara al también siniestro canadiense, pero Anglada le dio un último voto de confianza, pues el estelar preparador de los Halcones de SoftBank en las Grandes Ligas japonesas, Liván Moinelo, no estaba lo suficientemente caliente.

«Claro que pensé en traerlo», comentó Anglada respecto a esa movida, considerada por muchos como la decisión que determinó la suerte del partido, «pero llamamos al bullpen y nos dijeron que no estaba listo aún».

Después del cohete de Panas que empujó las carreras que quebraron el abrazo provocado una entrada antes por sendos bambinazos de Raúl González y Yunior Ibarra, Moinelo se encaramó en el box y su comportamiento inmediato confirma la apreciación del mentor: cometió un balk y después Jordan Michel pegó un elevado de sacrificio a la pradera central para subir a la pizarra la anotación definitoria.

Moinelo se repuso y combinando la recta con su curva ponchó a siete de los nueve hombres que enfrentó, hasta que en el noveno le dieron la bola a Raidel Martínez, el cerrador por excelencia del conjunto, quien no pudo evitar la última carrera de los norteños y del choque, fletada por Jordan Michael con rodado por la zona de las paradas cortas.

A diferencia del duelo ante Colombia, cuando apenas pegó cinco incogibles, la alineación cubana fue más abundante y productiva ante los monarcas de Guadalajara y Toronto, pues solo se fue en blanco el noveno hombre Yuniesky Larduet y tres bateadores tuvieron noche de multihits: Yordanis Samón, César Prieto y Raulito por segundo día, todos de 4-2.

En el quinto episodio los cubanos dejaron en la antesala la posibilidad del empate a siete, pues Raulito se tomó un ponche en un turno en el que no logró un golpeo que pusiera la bola en los jardines o un roletazo por la banda contraria cuando había un solo out.

Con esa derrota los dirigidos por Anglada se despiden del torneo sin siquiera avanzar a la superronda, lo que clasifica como uno de los peores resultados de los últimos tiempos, en los que, lamentablemente, abundan las derrotas de la selección cubana.

No obstante, el mentor sostuvo que el equipo dio otra cara, se bateó un hit más que los rivales, «pero así es el deporte, unos ganan y otros pierden, y a nosotros nos tocó la mala hoy», comentó.

Descartó que el conjunto norteño esté por encima de sus muchachos en cuanto a calidad. «Estamos a su altura, pero el juego que no podíamos perder era el del lunes ante Colombia, ese resultado nos comprometía mucho, no sé si fue por exceso de confianza, lo cierto es que apenas se batearon cinco hits, y con esa ofensiva y una carrera no se puede aspirar a una victoria en el béisbol moderno», explicó el hombre que buscaba como timonel reeditar su cetro panamericano de Río de Janeiro 2007.

Hoy Cuba buscará ante Argentina un triunfo que si bien no calmará las críticas, por lo menos servirá para no irse en blanco del torneo, después de otra larga preparación que no rinde los frutos deseados.

Con sus boletos en las manos, Canadá y el sorprendente Colombia definirán el campeón del grupo y cuál pasa con una victoria a la siguiente fase en la que rivalizarán con el uno-dos de la otra llave.

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