Por Alexander García Milián
Hace par de años descubrí la novelística, la manera de contar de Charles Bukowski, un escritor norteamericano algo escurridizo, olvidado por muchos, más en estos tiempos. Tal vez la marca de Sallinger y Holgen Caufield marcaron un poco ese mundo algo opaco en que se envolvió Bukowski, por el que pasaron Pulp, El cartero y la senda del perdedor, sus principales novelas.
El éxito aunque algo tardío toco las puertas de este genial literato, sus temas filosóficos, rayando el existencialismo, pero con marcado realismo “sucio”, por decir de algún modo los calificativos posibles para su forma de describir la sociedad norteamericana de la segunda mitad del siglo xx; esos temas tocan hoy a mi prosa y los asocios con el boxeo. Tal vez debería acudir a Gay Talese, el genio, el talento vivo del periodismo narrativo que nos regalará obras descomunales, crónicas, reportajes, perfiles; trabajos periodísticos tan pulidos sobre Joe Luis y Floyd Patterson; pesos pesados del pugilismo en todos los tiempos.
En la senda del perdedor, Bukowski cuenta la historia de un emigrante, del clásico emigrante que viajara junto a su familia a inicios del siglo xx a los Estados Unidos. Cuenta andanzas, trajines, el mal rumbo que tomo la vida en América, como el sueño americano, de sensación dulce, se convirtió en algo cruento y amargo.
Las historias que quiero contar son las de Johanis Argilagos y Robeisy Ramírez, jóvenes boxeadores cubanos, estrellas en ascenso, atleta de altas y bajas, de victorias y derrotas en Series Mundiales, Panamericanos, pero medallistas de oro en Mundiales, tanto juveniles como de mayores , así fue en Hamburgo, durante el último torneo amateur.
Las historias de Argilagos y de Robeisy, pudiera decir que empieza en las eliminatorias a los Centroamericanos de Cali, en Colombia y en el último torneo boxístico de México. Tal vez sí, muchos crean que el comienzo fue allí, en el torneo que se celebraba en Tijuana, pero no, empieza, acaba , vuelve a empezar un poco más atrás, a veces de sensación que esta por escribirse , que es más adelante , pero no , es hace unos años que comenzó todo…
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Es 2007, Cuba se apresta como nunca antes a batirse en un gran duelo por el segundo lugar de los Juegos Panamericanos que acoge la ciudad brasileña de Río de Janeiro.
Brasil se ve fuerte, ya en Santo Domingo, tres años antes sacó las uñas y avisó. Canadá también, se prepara para los Olímpicos de Invierno. Para Cuba, el boxeo parece ser la tabla de salvación, no es el deporte nacional pero sí el que da más medallas en cada competencia; Olimpiadas, Panamericanos, Centroamericanos,… en fin el “buque insignia” – como dijera alguien por ahí. Guillermo Rigondeaux, Erislandy Lara, Jan Bartelemí, Yuriorkis Gamboa; nombres que parecen sonar a ecos sordos, apagados,… eran los de entonces y le metían miedo a cualquiera.
La noticia de la “deserción”,- casi en masa – de los boxeadores fue un suceso maquillado como apocalíptico,- por la prensa cubana. Cuba al final quedó en segundo lugar en el medallero, y el oro ante Brasil en pleno Maracanaziño, durante el torneo de voleibol femenino, dejó en el desván la “fuga” de los atletas… Pero que pasaba? Las Olimpiadas, los Mundiales, todo quedaba en planos quebrados de películas muy malas… el profesionalismo, la búsqueda de algo mejor, del futuro, se imponía. Los años pasaron y tanto Rigondeaux como Gamboa, dejaron las gastadas y maniqueas palabras de traidor, de desertores, como buches amargos, necesarios para aspirar al estrellato del pugilismo mundial, a los cinturones del profesionalismo que nadie les regalo. Ellos escaparon de la senda del perdedor, del camino de la perdición, del trato banal y superfluo; llegaron y se quedaron para triunfar.
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Amarillas es un pueblo de campo, algo polvoriento y apagado. De calles llenas de baches y parques vacíos, de casas de madera e infinita pobreza que es sopesada por la humildad de sus habitantes. Allí vive Javier Ibáñez, un chico recién subido al equipo nacional de boxeo. No de tanto glamour como la Cruz, Iglesias y Álvarez; incluso de menor calado que el también matancero Andy Cruz, pero de igual modo, un atleta de alto rendimiento.
Evoco Amarillas para asociar a Camagüey , a Argilagos, a Cienfuegos y Robeisy Ramírez, al sudor y al esfuerzo del deportista cubano para llegar arriba , imponiéndose a miles de dificultades ,… como por ejemplo: Luego de un torneo en el extranjero,- Ibáñez llama al INDER en Calimete, estaba varado en plena autopista hasta altas horas de la noche, pide ayuda,…entonces nadie tiene gasolina en el carro, no hay ningún carro de hecho para buscar al joven boxeador,- llaman a mi padrastro-, el hombre que atiende la Construcción en el municipio y por él es que cuento esta historia,… por el Javier Ibáñez pudo llegar ese día a su casa .
Nada es color de rosa, ni azul, ni rojo; varios matices moldean todo pero nada justifica lo mal hecho,… el encubrimiento de la oscuridad, de la niebla en la que se mueven las cosas en la Isla; en el deporte, la historia de Ibáñez es también la de muchos otros,… no dudo que de igual modo Argilagos y Robeisy tengan historias así para contar.
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Argilagos, originario de Camagüey, empezó a boxear a los diez años y a los dieciséis se dio a conocer como un peleador de alto nivel al ganar el título mundial juvenil del 2013; dos años antes de ganar su primer cetro en la categoría de mayores,- en Doha- revalidado el año pasado en suelo alemán.
Cuando la noticia corrió por las redes y lo comunicaron por la televisión, la lógica me indicó, creo que indica todo,…el caribeño intentará entrar a Estados Unidos en busca de la residencia para involucrarse en el profesionalismo y tratar de hilvanar una carrera exitosa en el pugilismo rentado, tal como lo hicieran Rigondeaux y Gamboa,… también tantos otros…
«No sabía la noticia, es un buen peleador pero le costará salir adelante en el boxeo de paga porque tiene marcado el estilo olímpico,… Deberá cambiar cosas, entre ellas pegar más fuerte, lo cual no es imposible, pero le requerirá mucho trabajo…», dijo a la agencia EFE, el mexicano Joselito Velázquez, campeón mosca ligero de los dos últimos Juegos Panamericanos.
Velázquez, invicto en cinco peleas como profesional, venció a Argilagos dos veces en tres peleas durante 2015, incluida la final de los juegos continentales de Toronto y dijo desearle éxitos al cubano.
La deserción de Robeisy, ahora en México, parece ser fruto del “imán” de Mayweather. Al de la perla del sur le caló bien los elogios del multicampeón de los pesos pesados en el profesionalismo. Ramírez dejó a Cuba con siete opciones para los Centroamericanos y ¿qué?- me preguntó- ¿Y sus opciones?- Su futuro, sus sueños, su familia, perdón; hablar algo más sobra…
Aquí “raya la tarjeta” el mítico Bukowski, con un toque de Paulo Coello parecen sellados los destinos de Argilagos y Robeisy,… ¿será?… Las deserciones de los cubanos dejaron a Cuba dos plazas seguras para los juegos regionales de Barranquilla y suena fácil,… que alguna malsana “brujería” deje anquilosadas las carreras del agramontino y el cienfueguero… Habrá que esperar y ver.