Por Álex Fernández Fernández
Las realidades de Tampa y Boston en la MLB son bien distintas de cara a la postemporada. Los de la Florida luchan encarnizadamente por un wild card, con registro de 74 ganados y 48 perdidos, en una División dominada por los Yankees de Nueva York. Los segundos con 67 y 68, casi están eliminados en 2022, y dan oportunidades de juego a algunos novatos.
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Pero cada partido cuenta, es una cuestión de honor. Así que Randy Arozarena, que ya supo lo que es discutir una Serie Mundial hace par de años, se tomó muy en serio el más reciente turno al bate ante Michael Wacha.
Su equipo estaba debajo por dos carreras en la baja de la quinta cuando los fans del Tropicana Field le vieron al cubano cazarle un rompimiento al lanzador de las Medias Rojas, con corredor en primera base.
La línea salió tendida hacia el left field. Y por capturarla, F.Cordero casi pierde el tobillo al chocar contra el muro alcochonado.
Con cada turno al bate de Arozarena, los Rays guardan siempre esperanza, porque sienten que algo pasa de bueno con el cubano, que va rumbo a establecerse en la élite de la Gran Carpa. El tubey lo puso a dos imparables de los 300 en toda su carrera, que comenzó en las Mayores en 2019.
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18 cuadrangulares y 71 empujadas en este 2022 avalan al antillano, quien pretende por cierto, jugar con México en el Clásico Mundial de 2023. Pero ese será tema de otra nota, ahora disfrutemos del batazo que puso el marcador 3×2, aún vivo para los Rays.