Por Yasel Porto
Lo que se vivió en la jornada de este jueves en uno de los lugares con mayor movimiento por estos días en la capital cubana es digno de admirar y respetar. Sobre todo en lo que respecta al béisbol cubano, que también es hablar de cultura en general por lo que muchos sabemos lo que representa este deporte en un país como Cuba.
Fue en el Pabellón Cuba dentro del marco de la Feria Internacional del Libro que un «guajiro» pinareño volvió a hacer historia, a ratificar pasiones y hegemonías, y a demostrar con hechos cuánto quiere y hace por la pelota, por su historia, por esos valores que otros subestiman o destruyen.
La presentación del tercer tomo de la Enciclopedia Biográfica del Béisbol Cubano, el más abarcador hasta ahora por la cantidad de reseñas y estadísticas insertadas en el mismo, mezcló alegrías y sinsabores, junto con la trascendencia real de este hecho y el que la mayoría no quiso darle.
Convertido en el escritor más prolífero del deporte cubano desde hace ya un tiempo, Osaba vivió el satisfacción de presentar la Enciclopedia y un libro que recoge su experiencia como pelotero de Serie Nacional, pero también el dolor de que por primera vez en su vida no tuvo a su querida esposa para compartir el resultado de tanto sacrificio.
La muerte reciente de Carmen rompió un lazo físico que iba más allá del casi medio siglo de matrimonio, sino también del apoyo en la extensa obra de alguien que hace rato está en la historia del béisbol cubano por todas sus contribuciones como escritor e historiador.
Y también como un gran fanático del juego y de sus grandes exponentes, muchos de los cuales han sido protagonistas de sus decenas y decenas de publicaciones (libros y escritos en la web), o las peñas que en distintos espacios de la ciudad de Pinar del Río han servido para rendir tributo a estrellas del béisbol pinareño y cubano en general.
En la más reciente entrega de la Enciclopedia, la cual está a la venta en la Feria al costo de $ 40.00 pesos cubanos, se resumen la actuación de todos los jugadores, árbitros, entrenadores y equipos que formaron parte de los torneos domésticos en el siglo XX hasta la llegada de las Series Nacionales en 1962.
Ojalá y la producción de ejemplares de la Editorial José Martí sean lo suficientemente numerosos como para que lleguen a todas las provincias del país, y que varias librerías de La Habana lo tengan a la venta después de la Feria del Libro 2022.
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Lamentablemente la trascendencia de la obra donde Osaba ha sido la gran figura no fue considera así por muchos, pues hubo una presencia casi nula de la prensa, peloteros, escritores de béisbol y personas vinculadas con instituciones del béisbol y el deporte cubano. La trayectoria literaria y beisbolera de este hombre, más allá de la Enciclopedia en sí, merece un mejor trato.
No es justo ni respetuoso que la publicidad en la televisión, la radio y los periódicos principales solo esté destinada para la élite de siempre. Vivir en Pinar del Río y no ser del «stablishment» de la literatura cubana no deben ni pueden negarle el reconocimiento a quien a base de dolores, sacrificios y sobre todo mucha pasión por el béisbol, demuestra todos los días cuánto se puede apoyar y querer al béisbol cubano.
A Osaba habrá que agradecerle y respetarlo toda la vida por tanta contribución hacia la pelota, y un día todos estos héroes estarán en el verdadero nivel.
