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Cuando a alguien le mencionan la estadística Carreras Producidas (CPR) y se la asocian con bateadores designados del beisbol cubano, el primer nombre que le viene a la cabeza, inevitablemente, es el de Orestes Kindelán.
El slugger santiaguero, recordista insular en cuadrangulares con 487, encabeza con holgura a todos los que han desempeñado ese rol ofensivo en las Series Nacionales, siendo el número tres en el ranking general que presiden Frederich Cepeda y Danel Castro.
Antes de proseguir, le recuerdo que la referida estadística, muy elocuente a la hora de revelar el aporte de los peloteros al equipo, se calcula sumando las carreras anotadas (CA) e impulsadas (CI), para luego restarle a ese total el número de jonrones conectados.
Kindelán pasó como una tromba por el beisbol cubano
Dicho esto, volvamos al “Tambor Mayor”. El hombre se desempeñó en varias posiciones al campo (la receptoría, el jardín izquierdo y la inicial), pero en todas dejó qué desear en el uso del guante. Sin embargo, batear se le dio como a muy pocos en la historia del beisbol cubano.
Tanto, que su CPR es de 2403 -39 puntos superior al de Don Omar Linares-, producto de 1379 vueltas completas al infield y 1511 rayitas subidas a la registradora.
A Kindelán le sigue otro designado inolvidable, acaso el toletero de más fuerza natural que pasó por los clásicos domésticos. Se trata del bejucaleño Romelio Martínez, a quien apodaban “El Gordo”, tenía un tren inferior impresionante y todavía posee la mejor frecuencia de jonrones del beisbol cubano (12.84).
Sin llegar a cinco mil turnos al bate oficiales, Romelio se dio el lujo de producir 1612 carreras, con acumulados respectivos de 927 y 1055 en anotadas y remolques.
El podio de los designados lo cierra el santiaguero-granmense Alfredo Despaigne, quien empezó defendiendo los jardines pero poco a poco fue ganando corpulencia y se vio limitado a la función de desforrar pelotas, lo mismo en la liga profesional japonesa que en el beisbol cubano, donde de momento su CPR es de 1513, con 851 CA y 949 CI.
Dos de los hombres más veloces del beisbol cubano
La cuarta plaza del Top 5 le corresponde al villaclareño Amado Zamora, un “jilero” de excepción que corría como nadie los noventa pies que separan el plato y la primera base, y que fijó CPR de 1229 con el doble de anotadas (852) que empujadas (416).
Por último, el quinteto de designados del beisbol cubano con mejores números en la estadística Carreras Producidas lo redondea el matancero Juan Luis Baró, de quien suele decirse (tantas fueron sus condiciones) que era una suerte de “Omar Linares virado a la zurda”.
Baró, aclaro, jugó bastante como inicialista, pero hacia fines de la década de los ochenta la inicial de los equipos yumurinos quedó en poder de Julio Germán Fernández y el portento pasó a desempeñarse casi exclusivamente como designado.
Al concluir su carrera de 17 temporadas, el veloz jonronero fijó CPR de 1210, derivado de 700 anotadas y 667 remolques.
Michel Contreras González
Periodista deportivo con treinta años de carrera. Graduado de Comunicación Social en la Universidad de La Habana, ejerció el periodismo en medios como Juventud Rebelde, Bohemia y Cubadebate antes de adherirse a la llamada prensa independiente, para la cual ha sido colaborador de la página deportiva en Oncuba, Cibercuba y Cubanet. Artículos suyos han aparecido en varias publicaciones extranjeras de habla hispana. Obtuvo numerosos premios en concursos de carácter provincial y nacional. Tiene publicados los volúmenes “Dioses Paralelos” (Ediciones Loynaz) y “Vuelos de Gavilán” (Unos y Otros Ediciones). Apegado fundamentalmente a la crónica, el comentario y la entrevista, la mayoría de sus textos versan sobre béisbol, fútbol y ajedrez, sin desdeñar el boxeo y el atletismo.