Boxeador cubano Adrián Lescay recuerda censura en Cuba y problemas en el equipo nacional

José Alberto Portela Aportela

Actualizado en:

El boxeador cubano Adrián Lescay contó en exclusiva para Swing Completo los pormenores de su asombrosa historia.

Boxeador cubano Adrián Lescay en una entrevista

Las historias de algunos atletas cubanos parecen increíbles por todo lo que sufrieron, pero la del boxeador Adrián Lescay merece un lugar entre las más asombrosas. Una brutal censura en el equipo nacional producto de un tatuaje que se realizó, salidas infructuosas de la isla y un asalto en México, cuando finalmente logró huir de su país natal, fueron vivencias que laceraron su hoja de vida. A pesar de todo esto, el matancero nunca se rindió y creó su propio futuro, lejos de las adversidades que lo afectaron en el ayer.

Adrián Lescay conversó en exclusiva con nuestro medio de comunicación Swing Completo y rememoró aquellos capítulos del pasado. En un primer momento, el boxeador cubano se refirió a la actitud de los funcionarios del deporte de los puños en Cuba, quienes lo invisibilizaron por completo, aunque tuvo méritos suficientes para participar en las competiciones más encumbradas.

El inicio de los problemas de Adrián Lescay

«Yo fui incluido en la preselección nacional en el año 2010 después de haber alcanzado medalla de bronce en el torneo Playa Girón. Al iniciar en el equipo nacional, en La Habana, me enfoqué en hacer todo lo que tuviera que hacer para darme a conocer en eventos nacionales como internacionales. Me mantuve 100% en todos los entrenamientos y preparaciones con una disciplina intachable, pero nada de eso sirvió para ganarme un lugar en el equipo Cuba«, dijo el deportista, quien a continuación expresó que se alejó de todo ese panorama debido a la marginación que sintió.

«Por esos motivos de decepción, me siento con mi entrenador Julio Menas (ya desaparecido) y con el jefe técnico Rolando Acebal y les pido mi carta de baja de la preselección. Esto fue en el 2012, que fue el año de la Olimpiada de Londres y Cuba no llevó representación en la división 69 kg, en la cual yo incursionaba. Esto me llevó a la conclusión que yo solo estaría en la preselección para preparar a los demás boxeadores«, recordó.

Restricción absoluta

Pero, en ese punto de la historia sucedió un hecho que no es lo suficientemente conocido y mostró el pensamiento arcaico de la gerencia del boxeo cubano. Adrián Lescay, tras un período de inactividad, decidió regresar a los certámenes nacionales, pero un tatuaje que se realizó resultó suficiente para que fuera echado a un lado.

«Al alejarme del deporte quise tener un recuerdo permanente en mí y decido tatuarme los guantes de boxeo en el hombro y un reloj antiguo, que significa el tiempo o el cronómetro, herramienta muy fundamental del boxeo. Al pasar los años, mi provincia Matanzas estaba muy bien ubicada en los torneos por equipos y para la final quería ir con todos los hierros. Me llaman para apoyar y reforzar el equipo pero todo fue en vano. La Comisión Nacional no permitía que boxeadores nacionales tuvieran tatuajes y así se tronchó por completo mi carrera, porque no me doblegué a operarme por petición de ellos para volver a boxear», reveló.

Adiós a Cuba y nuevo comienzo

El peleador caribeño, en el centro de aquella crisis, buscó una variante y escapar de Cuba se transformó en opción. Sin embargo, los planes se rompieron una y otra vez. Para mayor desgracia, en una ocasión fue atrapado en plena acción por autoridades estadounidenses.

«Fallé varios intentos de salida y por x motivos teníamos que regresar a casa, pero gracias a dios nunca fuimos detectados hasta que se dio todo una noche y nos adentramos a alta mar. Fui interceptado y repatriado una vez por los buques de guardafronteras americanos. La verdad solo sentí un poco de nostalgia y bajón sentimental, pero mi alma de guerrero supo sacar fuerzas y mentalidad para seguir luchando, por lo que quería en ese momento era salir del país

Eventualmente, el boxeador cubano alcanzó la meta que tanto persiguió y después de una travesía más que engorrosa llegó a México. Sin embargo, las dificultades no concluyeron y se multiplicaron en el camino de Adrián Lescay.

«Logro salir de Cuba como un aventurero más, sin dinero, pero con la fe y mi espíritu de gu*rra fui atravesando cada país a como pude en carro, guaguas, caminando hasta llegar a México, donde conocí muchas personas maravillosas, pero también las partes malas de la vida. En México siempre están as*ltando las combi, como se le dicen allá al transporte público, y desgraciadamente fui una víctima más de eso«, contó en exclusiva para nuestro medio de comunicación Swing Completo.

«La manera que pude enfrentar tanta adversidad era pensando en mi familia y en mi hijo, que lo había dejado en Cuba con solo cinco añitos y que era la primera vez que me separaría de él y no se sabía cuanto tiempo. Solo le dije: ‘cuida de mamá, que papá se va lejos a trabajar’. Solo pensar en mi familia era el motor que me daba tanta fuerzas para seguir y enfrentar tantas adversidades«, señaló.

Llegada a Estados Unidos y opinión personal sobre el caso de Damián Lescaille

El esfuerzo de Adrián Lescay lo llevó a Estados Unidos y retornó a la actividad del alto rendimiento, bajo la guía del profesor Ramiro Basulto. En este nuevo chance mostró sus habilidades e intentó triunfar en el encerado profesional, aunque los resultados no fueron los esperados.

Finalmente, el boxeador cubano no pasó por alto la oportunidad y aprovechó la tribuna que representa Swing Completo e hizo alusión al caso de su colega Damián Lescaille, quien está en medio de un proceso legal en Estados Unidos, después que fue arrestado por dos cargos de posesión de sustancias controladas.

«Está pasando por un momento desagradable, del cual no tengo los detalles, pero aquí estoy apoyándolo en todo lo que pueda y rezando que pueda salir de todo este tormento y vuelva a retomar su carrera y de corazón le pido a la afición deportiva cubana que apoyemos a esta causa desde el país en el que se encuentren. Cualquier cosa que se haga es vital, desde una donación hasta una publicación dedicada a Damián Lescaille«, finalizó.

El presente de Adrián Lescay es completamente diferente al infierno que vivió en Cuba, pero nos narró cada uno de los problemas que atravesó, como un recuerdo de los límites que puede
llegar a crear el oficialismo de la Mayor de las Antillas para cercenar las trayectorias de aquellos que les resulten «incómodos».

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