Por Alexander García
Si como todo parece indicar, dentro de unos días se concreta la eliminación de Camagüey en la Serie 60, cabría preguntarse sobre el posible destino de Miguel Borroto como director del equipo Cuba.
Hablamos de un contexto hipotético, pero bastante posible y con todas las vueltas que ha dado el planeta y el mundo del deporte a partir del Covid-19, bien pudieran estar contados los días del manager de los Toros al frente de la escuadra nacional.
A estas alturas, pocos avalan la continuidad de Borroto y claman por un cambio, aquí la figura de Armando Ferrer emerge con fuerzas, pues además de ser el actual campeón nacional ha demostrado tener la sapiencia necesaria para maniobrar en los contextos más adversos e imponerse.
Si uno mira lo hecho por los Cocodrilos en esta campaña se percata de que solo un hombre con la capacidad de Ferrer puede ser capaz de sortear ausencias tan relevantes como la del receptor titular, la del quizás mejor pelotero de Cuba en la actualidad, Yurisbel Gracial y la de sus dos principales abridores, Yoannis Yera y Noervis Entenza.
Hablamos de un hombre que jamás ha contado con el foco mediático de otros, de hecho, fue uno de los artífices de aquella gloriosa generación de peloteros que con Henequeneros ganaron dos campeonatos bajo la égida de Gerardo Junco y de eso ni se hablaba, tampoco de su experiencia en el extranjero, en México y en Italia, cuando Ferrer fue elegido para dirigir, muchos se asombraron, pero nada era casual, el hombre tenía camino recorrido y así lo demostró.
Si en un momento la Federación Cubana tenía bien claro quién era el director del equipo Cuba, cargo casi vitalicio primero con Servio Borges, luego con Higinio Vélez, si en su momento fue así y después, tras los reclamos comenzaron a poner a los managers que resultaban campeones, lo cierto es que desde que Víctor Mesa salió rompiéndose su famoso contrato, las cosas se han manejado en un cachumbambé que al día de hoy cuesta entender, a veces da la idea que es por preferencias, en otras que es por méritos.
Lo cierto es que la oportunidad se brinda por si sola para tratar de arreglar el asunto y darle la seriedad que lleva en función de ir organizando el andamiaje que conforma la pelota nacional y Armando Ferrer es a mi entender la mejor de las variantes, más si los Cocodrilos pueden retener la corona.
Nos vemos a la vuelta.