Por Jesús Sánchez
En el 2015 los Cardenales de San Luis acordaron una transacción con los Reales de Kansas City por José «Cafecito» Martínez. Una negociación pequeña que se pagó en dinero en efectivo.
En un principio lo tenían para fortalecer su equipo de Triple A y tener profundidad en su equipo ante un posible plaga de lesiones. Pero el pasar del tiempo hizo que los scouts que propusieron la compra del venezolano tuvieran razón.
Estos mismos vieron una especialidad en el batedor: conecta la pelota con una enorme potencia. Es decir, sus batazos salen con una gran velocidad. De pulir esa faceta, podría ser un jugador que esté todos lo días en Grandes Ligas y sea importante para cualquier equipo.
Eso se confirma hoy en día, cuando Martínez tiene un promedio de .329, con 3 cuadrangulares y 16 carreras impulsadas. Además de seis dobletes.
Este año el varguense batea la pelota en un promedio de 113.7 millas por hora, uno de los más altos de las Grandes Ligas. Ese aspecto fundamental ha hecho que hoy en día sea el pilar en la ofensiva de los Cardenales de San Luis.
Ese ritmo empezó cuando se le vio conectando esta magnitud de batazos en la LVBP con los Tiburones de La Guaira y de ahí en adelante su ascenso ha ido meteórico.
