Por años, la gente ha repetido como un mantra que “Ariel Pestano era muy defensivo pero no bateaba”. Que parado del lado derecho del plato era casi un «out por regla». Pero eso no es exactamente así.
En este caso, la leyenda del Pestano receptor, agigantada por los elogios de ligamayoristas como David Ortiz y Orel Hershiser, ha afectado la imagen del Pestano bateador. Tanta fue su excelencia empleando la mascota, que acabó sepultando los servicios que dio con el madero.
La memoria selectiva ha tomado el poder en el debate y de tanto apelarse a la frase infundada (no batea, no batea, no batea), la misma se convirtió en creencia generalizada.
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Ojo, Ariel Pestano no fue un mal bateador
Mi idea no es demostrar que el 13 de Villa Clara fue un crack a la ofensiva, porque definitivamente no lo era. Lo que pretendo es contribuir a erosionar el sambenito que se le colgó de pelotero nulo a la ofensiva.
Cuando en Cuba se habla de catchers bateadores, la enumeración suele empezar por Pedro Luis Rodríguez y Pedro Medina. Y al revés, si se trata de máscaras inoperantes en el uso del barquillo, habitualmente se cita a Juan Castro y Alberto Martínez. Pues bien, Ariel Pestano no pertenece a ninguno de esos grupos, pero está mucho más cerca del primero que del otro.
No porque yo lo diga, claro está, sino porque sus números lo prueban. Digamos, el average. El caibarienense promedió .287 en más de cinco mil turnos oficiales, de los cuales solo la quinta parte se benefició del aluminio. ¿Saben quién tuvo apenas un puntico por encima? Juan Manrique. ¿Y quién cerró también con .287? Nada menos que “Cheíto” Rodríguez. ¿Y quiénes quedan por debajo de esa cifra? Oscar Machado, Alfonso Urquiola, Víctor Bejerano, Miguel Cuevas…
A estas alturas, algunos querrán devaluar el argumento alegando que no encaró un pitcheo de máxima exigencia. Error. Casi toda la carrera de Ariel Pestano se desarrolló entre los años noventa (cuando la pelota cubana gozaba de muchísima salud) y la primera década del presente siglo, en la que todavía el campeonato disponía de numerosos lanzadores de nivel.
Si cree que le miento, le cito algunos nombres que escalaban el morrito en este último período: Pedro Luis Lazo, Yuniesky Maya, Yadier Pedroso, Miguel Lahera, Yulieski González, Jonder Martínez, Yadel Martí, Odrisamer Despaigne, Carlos Yanes, Jorge Martínez, Adiel Palma, Norberto González, Ismel Jiménez, Ifreidi Coss, Vicyohandri Odelín, Aroldis Chapman, Pablo Millán, Norge Luis Vera, Ormari Romero, Danny Betancourt, Dalier Hinojosa, entre otros.
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Así que, Ariel Pestano, tuvo que lidiar contra mucho buen serpentinero y con bate de madera. Pese a ello fijó el average referido, pegó más de 150 jonrones y dejó un OPS de .812, superior (agárrese para que no se caiga) al de hombres como Juan Padilla, Eriel Sánchez, Iván Correa, Agustín Marquetti, Jorge García, el difunt* Fernando Hernández o el recién retirado Yunier Mendoza, todos ellos considerados buenos bateadores.
Es más, su estadística es mejor que la de receptores que nunca fueron menospreciados en la caja de bateo, llámense Ángel López, Joquel Gil, Vladimir García o José Raúl Delgado. Y en el indicador Carreras Producidas (tan caro a este deporte) aventaja fácilmente a un slugger connotado como el robusto Osvaldo Arias.
Más allá de momentos puntuales en los que destacó su swing (el liderato de bateo en Atenas 2004 o el cuadrangular que definió la 52 Serie Nacional), Ariel Pestano blasona de una trayectoria ofensiva que, sin ser de relumbrón, le permitió convertirse en el cátcher más integral que pasó por los certámenes domésticos. Y eso, por mucho.
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Está muy buena, pero informa más sobre cubanos en la MlB
Fuera de contexto de principio a fin.este articulo, solo le concedo un punto que tampoco se de donde sale porque dicho personaje no era un out x regla ni recuerdo jamas que se haya mencionado ese criterio a su respecto.