Por Swing Completo / contacto@swingcompleto.com
Varios medios de prensa ya se han estado haciendo eco de la noticia que publicó un funcionario del INDER de Camagüey, Reynaldo Varona Martínez sobre la muerte de la lanzadora del martillo con más futuro que tenía Cuba.
La camagüeyana Alegna Osorio falleció este martes tras varios meses de intensa lucha por parte de ella y el cuerpo médico que trató de revertir una lesión grave en extremo que había sufrido desde el mes de abril en el estadio Panamericano de La Habana.
Con apenas 19 años y un palmarés donde resaltaban las medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud y el Panamericano de la categoría junior, la jovencita mostraba una progresión indiscutible. No pocos presagiaban que a través de ella se podía recuperar en el futuro la tradición de la especialidad donde la gran figura histórica de Cuba ha sido la también agramontina Yipsy Moreno, actual comisionada nacional de este deporte.
No es secreto, pese a que nunca salió por la prensa oficialista la información, que Alegna había sufrido un daño craneal con un martillo de manera accidental, y durante todo este tiempo estuvo en estado delicado hasta el desgarrador momento final para ella, sus familiares y amigos.
Sin embargo, de lo que realmente ocurrió y de la responsabilidad de cada parte implicada en el “accidente” no se habló casi nada más allá del contexto personal de la atleta o de los que están relacionados directamente con el atletismo cubano.
Según la información de un colega de la Isla muy vinculado con el llamado deporte rey (protegemos su nombre por razones obvias y más en estos tiempos), y que luego pudimos confirmar con una fuente dentro de la Comisión Nacional de la disciplina, el “martillazo” que sufrió Osorio en el cráneo tuvo una alta dosis de negligencia y no precisamente de ella.
Resulta que el grupo varonil de martillistas se encontraba entrenando en la parte exterior de la principal instalación atlética de la capital cubana a diferencia de hacerlo en el interior como habitualmente sucede.
Pero la gravedad del asunto no radicó en el entrenamiento fuera del estadio, sino que el mismo se desarrolló sin la protección suficiente que requieren este tipo de modalidades. O sea, la jaula no se estaba utilizando y al escaparse el implemento de uno de los atletas (decidimos no poner el nombre para evitar que muchos lo condenen por algo de lo que fue responsable pero no culpable).
La decisión de salir del estadio fue una iniciativa de los propios entrenadores por ciertas dificultades en el centro del óvalo del lugar que inauguró y clausuró los Juegos Panamericanos de 1991, y el no tomar la precaución de sacar también la jaula estuvo motivado por la ausencia de los medios técnicos para hacerlo en corto tiempo.
No obstante, estas determinaciones tuvieron la anuencia de la Comisión Nacional de Atletismo, por lo que la negligencia ataña a las dos partes.
El escape del martillo coincidió en tiempo y lugar con Alegna, quien pasaba en ese momento por el lateral del área de adiestramiento. Automáticamente quedó inconsciente y fue hospitalizada en el “Naval”, el centro médico más cercano al ubicarse a menos de cinco minutos en transporte.
Desde el principio su pronóstico fue reservado, con momentos de mejoría que, junto al haber sobrepasado la muerte durante días, semanas y hasta meses, muchos pensaban que si bien no retornaría al deporte al menos podría salvar su vida. Sin embargo, los traumas internos fueron tan severos que este 28 de julio la lucha concluyó con el final más amargo posible.
«El deporte camagüeyano está de luto por la muerte de la joven martillista Alegna Osorio Mayarí. La medallista de los Juegos Olímpicos de la Juventud estuvo luchando durante los últimos meses para superar el coma y las afectaciones que le ocasionaron un accidente con un implemento de su deporte, pero anoche no pudo continuar. Luz para nuestra campeona», escribió el periodista deportivo Félix Anazco, del diario Adelante, de los pocos en informar en los últimos meses sobre la evolución de la joven.
Por su parte el funcionario de la Dirección de Deportes en Camagüey, Reynaldo Varona, señaló: «El atletismo Cubano está de luto. Luego de un accidente durante un entrenamiento y de dura batalla por su vida, falleció la atleta Alegna Osorio. Llegue a familiares, amigos y compañeros nuestro pésame y el de la Dirección Provincial de Deportes en Camagüey.
Hasta las 8:30 pm el sitio Jit, publicación oficial del INDER, no había dicho nada sobre el particular, algo inaudito cuando muchos medios se han pronunciado, aun cuando su nota no iba a dar demasiados detalles de lo acontecido.
Hoy muchos están enviando condolencias y pésames, pero los responsables de esta desgracia no pueden hacer otra cosa que pedir disculpas públicas, admitiendo el craso error que cometieron. Lamentablemente a veces el orgullo puede más que la humildad, y aunque haya quienes piensen que esta denuncia es hacer leña del árbol caído, más que todo es aclarar con todas las palabras que lleva una negligencia que hoy la cuesta la vida prácticamente a una niña.
Swing Completo no pretende sembrar odios, pero sí que la justicia prevalezca y que las personas que se equivocan de una forma o de otra tan penosa como el caso de marras, tengan la suficiente valentía y humildad en pedir perdón a todo el mundo. Además, el conocerse este tipo de verdades evita que mañana tengamos que lamentar otra víctima por un accidente totalmente evitable.