Lanzador de Grandes Ligas cubano fue sepultado en Miami. Espera traslado a La Habana

Daniel De Malas Andreu

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Por Yasel Porto Uno de los cubanos con más edad de los que han tenido participación en Grandes Ligas fue sepultado en la mañana de este martes, 15 de febrero, en un cementerio de Miami en una discreta ceremonia familiar en la que le dieron el último adiós físico. Aunque su muerte se produjo el…

Por Yasel Porto

Uno de los cubanos con más edad de los que han tenido participación en Grandes Ligas fue sepultado en la mañana de este martes, 15 de febrero, en un cementerio de Miami en una discreta ceremonia familiar en la que le dieron el último adiós físico.

Aunque su muerte se produjo el pasado 13 de enero, no fue hasta este martes 15 de febrero que los restos mortales del exlanzador Gonzalo Naranjo Couto recibieron el homenaje oficial de despedida.

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Según me informó su primo Ramón Couto, hijo del exmanager del Almendares en la extinta Liga profesional de Cuba, la última voluntad de “Cholly” fue ser enterrado en su tierra de origen. «El quería estar en el panteón de los peloteros cubanos del Cementerio de Colón porque ahí están muchos de sus amigos y compañeros del béisbol. Trataremos de cumplir con él tan pronto se pueda». Hay varias razones que los obligaron a tomar esta decisión, entre ellas la económica, pero eso no quiere decir que no se pueda conseguir más adelante si se logra aunar esfuerzos de quienes decidan ayudar en tal sentido.

Más adelante se harán las gestiones para cumplir con el propósito del miembro de los Piratas de Pittsburgh y Alacranes del Almendares, sobre todo cuando Ramón tenga a su favor una serie de condiciones necesarias para el traslado de las cenizas a la capital cubana. Sus restos descansarán de momento en el Cementerio Rivero.

Naranjo murió la noche del 13 de enero por el impacto del virus que tanto ha afectado al mundo entero desde finales de 2020. Tenía 88 años de edad al fallecer, siendo en ese momento el segundo pelotero cubano más veterano de los que tuvieron participación en las Grandes Ligas de Estados Unidos.

Después de su actuación en el béisbol profesional de Cuba y Estados Unidos pasó a ser un entrenador en distintos terrenos de La Habana (Daniel Buttari, Ferroviario, CVD Cerro, DESA, etc.) y en todos ellos dejó una huella profunda por su calidad como profesor y su carisma excepcional.

En 1995 decidió emigrar al sur de Florida donde vivió hasta el momento de su muerte, años en los que si bien Ramoncito fue su único familiar directo, su carácter jovial y su prestigio como figura del béisbol lo hizo acreedor de muchas personas que lo arroparon de un modo particular.

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